Es lo que venden los militares de Níger que han derrocado a un presidente elegido, Mohamed Bazoum, al que tienen encarcelado y pretenden juzgar por alta traición. Dura vuelta atrás para para un área geográfica que mejoraba, inmersa en una mayor integración económica, y un país que parecía disponer de un sistema democrático con raíces populares. El nuevo mandamás, General Abderrahmane Tchiani, encabezó la sublevación al parecer porque temía ser cesado como jefe de la guardia presidencial. Ahora anima al pueblo a manifestarse a favor de Rusia y contra Francia, la antigua potencia colonial, que al parecer había contaminado con ideas liberales su cultura tradicional, la de siempre, la de que manda el jefe de la tribu o el que tiene más armas. Debe ser lo que pretenden recuperar.

Intentan construir un discurso que justifique la toma ilegal del Estado, apoyada por Rusia, deseosa de debilitar a Occidente y extender su influencia en África. Cuenta con sus mercenarios Wagner, presentes ya en Mali y Burkina Fasso. Todos estos países eran miembros de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO, o ECOWAS, por sus siglas en inglés que figuran en el mapa del final, tomado de The Economist) y han sido expulsados de ella, junto a Guinea, por haber caído en manos de regímenes militares.

La división en aquella parte de Africa es un ejemplo de la que sacude el mundo en tiempos de una nueva guerra fría. Como indica mi ensayo, ahora no hay una confrontación de sistemas económicos (la economía de mercado ha vencido) sino políticos: democracias versus autoritarismos. Los autócratas en alza buscan razones que les den apariencia de legitimidad, una es ese anticolonialismo que se exhibe en África. Las potencias coloniales han cometido abusos de todo tipo, pero también han dejado detrás el ansia de libertad y de un estado de derecho que la proteja y garantice la igualdad de todos ante la ley. Un marco muy importante para los ciudadanos, especialmente para las mujeres, que en África cuesta mucho sostener por el poco peso de una clase media que ayude a estabilizarla.   

No me voy a extender sobre un proceso abierto -los antiguos socios comerciales de Níger preparan una posible intervención militar conjunta para reponer al depuesto presidente- y sus variadas consecuencias potenciales, geopolíticas y económicas. Como que Francia mantiene fuerzas armadas en Níger, país de donde procede gran parte del combustible de sus centrales nucleares, uno de los puntos que justifican el interés de Rusia por alejarla de allí y debilitar a la antigua metrópoli. También amenazan problemas en la lucha antiterrorista. El Sahel se ha convertido en la principal base del yihadismo y las fuerzas occidentales ayudan a combatirlo.

Por mi interés en el comportamiento colectivo, quiero destacar que los países de África Occidental que han ido cayendo en manos de militares y de la influencia de la Rusia de Putin son los del interior, los costeros permanecen en democracia, salvo Guinea que tiene mucha superficie alejada de la costa. El acceso al mar ayuda a desarrollar la actividad comercial, crea condiciones más favorables para el desarrollo económico y fomenta la libertad. Los que dirigen el lado totalitario de la confrontación internacional, Rusia y China, países con poco acceso a mares libres, tienen vocación de imperios terrestres, de comerse vecinos y expandirse acusando a los países democráticos de todo tipo de males.

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