Las ciudades son más eficientes en el uso de energía. Es más fácil calentar o enfriar edificios grandes que casas individuales y el movimiento de personas exige en ellas menos desplazamientos, que además pueden ser cubiertos a pie, en vehículos de dos ruedas o por transporte público. La vida en espacios rurales, en viviendas aisladas o en pequeños pueblos, consume más energía. Parece una contradicción, pero el contacto con la naturaleza puede ser dañino para ella y ahora ha incrementado su atractivo como consecuencia de los encierros y restricciones generados por la pandemia de covid 19.
El alto consumo energético es el principal reto para mantener población en espacios que tienden a despoblarse, además de la dificultad de asegurar servicios en zonas donde proliferan pequeños ayuntamientos que habría que fusionar. Como se trata de un desafío importante, conviene que su superación no entre en conflicto con la necesaria reducción de las emisiones de CO2.
Por consiguiente, una medida conveniente para apoyar el medio rural sería regular con flexibilidad las instalaciones de energías renovables, de forma que no tengan que ser parte inevitable de la estructura de grandes empresas distribuidoras. Habría que fomentar la proliferación de operadores, la creación de parques de base municipal o cooperativa. También debe haber facilidades para equipos instalados por grandes explotaciones agrícolas o ganaderas y empresas que deseen situarse en áreas rurales.
Asimismo, sería conveniente que los habitantes de esas zonas se “urbanicen” un poco, y vuelvan a transitar por los caminos, andando o en bicicleta. Son hábitos a fomentar. Me sorprende la afición de las personas que viven en áreas rurales a desplazarse en automóvil, aunque sean sólo uno o dos kilómetros. Encima emplean vehículos grandes que también les ayudan en su trabajo. Aunque las mejoras en producción y distribución de energía les permitieran acceder al uso de vehículos eléctricos en un futuro próximo, un cambio de hábitos en los desplazamientos rurales es muy conveniente para combatir gases con efecto invernadero y también para la salud de la gente.