Hace un par de semanas la policía desarticuló en el centro de Vigo una célula de la Cosa Nostra que blanqueaba dinero de sus actividades a través de una sociedad, Pescados y Mariscos Italianna S.L., dedicada, en teoría, a la exportación de los productos a los que hace referencia su nombre. Mezclada entre las tensiones políticas del país y el incendio del edificio de Valencia, la noticia pasó bastante desapercibida. La pareja que llevaban el negocio ilegal, vivía en un piso caro del centro de Vigo y, cuando los detuvieron, tenían allí más de 120.000 euros en efectivo. Poca cosa, comparados con los más de 3 millones en billetitos que requisó la policía de Sicilia, donde se originó la operación judicial y se detuvo a otras tres personas.

El tinglado del efectivo sigue complicándonos la vida, cuando ya podemos plantearnos terminar con él. Pero hay demasiada financiación ilegal de partidos políticos y de políticos. Aún andamos con los pelotazos en la importación de las mascarillas durante la pandemia; entonces, según las escuchas de la policía, se movió mucho efectivo. También hay que justificar los altos sueldos y pensiones que pagan los bancos centrales, amantes del billete, como las empresas de seguridad que viven de su existencia. Gracias al apoyo público, vía papel moneda, funcionan grupos terroristas y organizaciones criminales que se dedican a extorsionar, traficar con drogas o personas, organizar redes de prostitución, realizar atracos… En una sociedad sin efectivo, que ya es posible, el déficit público debería desaparecer y no habría problema para pagar pensiones. Todo esto se explica y analiza en el ensayo cuya portada vuelvo a reproducir.

Es destacable que la Cosa Nostra extienda sus tentáculos a Galicia, a la que ya le llega con los problemas que le crea la droga. Pero las páginas de sucesos de los medios ofrecen, cada día, noticias vinculadas al uso de efectivo que no llaman la atención porque estamos acostumbrado a verlas y asumimos el uso de monedas y billetes como algo normal, aunque esté en fuerte retroceso en la economía legal. El mismo día en que la prensa ampliaba información sobre la operación que conectaba Vigo y Palermo, un pequeño suelto a pie de página mencionaba la detención en Badalona de un hombre que llevaba tres pistolas, 120 balas, tres móviles, que habría substraído, y 1.000 euros en efectivo producto de sus robos. Ese 24 de febrero, también aparecía en medios una operación de blanqueo en La Línea, vinculada al tráfico de hachís.

Simultáneamente, acabábamos de saber que la UE había decidido situar en Frankfurt la nueva autoridad contra la financiación del terrorismo y el blanqueo de capitales (AMLA, por sus siglas en inglés), Madrid quedó en segundo lugar de la votación para decidir la sede. Me parece una curiosidad reseñable que el organismo que debe combatir muy graves peligros, se coloque al lado del Banco Central Europeo, el que imprime cada vez más papel moneda de denominaciones altas para que esos peligros sigan creciendo. A ver si hay suerte y la AMLA aprovecha esa proximidad para convencer al BCE de que va siendo hora de que planifique el cierre de la imprenta que abastece a sus poco deseables pero muy fieles clientes.

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1 comentario

  1. Parece que el Gobierno de la Nación no quiere tener cerca la AMLA. ¡ Por algo será ! …

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