El PP eligió el 12 de noviembre para celebrar los actos de protesta contra la ley de amnistía que Sánchez pactó con Puigdemont por ser el único domingo disponible antes de la sesión de investidura del presidente. Pero creo que, aunque no lo confiese, alguno celebraría también que, justo ese día, se conmemoraba el décimo aniversario de la ley que regula la tauromaquia como patrimonio cultural (ley 13/2013 del 12 de noviembre). Su primera fase es: “La Tauromaquia forma parte del patrimonio histórico y cultural común de todos los españoles”. ¡Vivan los toros, abajo los catalanes que los prohiben!¡Va contra la esencia democrática española amnistiar a los independentistas o a las reses bravas!

La curiosa conexión en el tiempo ayuda a entender mejor el país que tenemos. Para la mayoría de los que vivimos en Galicia la cultura taurina es extranjera, aquí la vaca es casi tan sagrada como en la India. De esa España no somos, aunque siempre hay algunos, como el Presidente Rajoy, que la apoyan, fue su gobierno el que impulsó esa ley. Quizá no pudo resistir la presión de la Comunidad de Madrid que es la que más gasta en ayudar a esa cultura antigua y ya había legislado antes para proteger los espectáculos taurinos, bajo la Presidencia de Esperanza Aguirre. Esperanza ha asistido a concentraciones ante la sede del PSOE promovidas por Vox. La Presidenta actual de esa comunidad no le va a la zaga, considera que España es una prolongación de Madrid en todos los aspectos, por eso promueve las corridas de toros: “Madrid es taurina. Porque es libre, alegre y culta y porque es España”. Olé.

La tauromaquia es parte de tradiciones muy arraigadas en el centro sur y me sirve para reflejar la creciente integración del PP en el núcleo más rancio del nacionalismo español o madrileño, que viene siendo lo mismo. Un patriotismo muy centralista, que desconfía de la diversidad cultural y de ceder competencias. Por eso  encuentra siempre apoyo en cuerpos de altos funcionarios, que defienden una Administración de modelo francés, traída aquí por los borbones y elemento central de la visión unitaria simple (ellos le llaman igualitaria), que les da mucho poder, como a la capital, y que ven agredida por la amnistía a los independentistas. Ese bagaje es asumido por parte importante de los españoles educados durante generaciones en el marco de monarquías absolutas y dictaduras militares poco dadas a fomentar la diversidad.

En el partido más votado en las últimas elecciones tienen mucho peso las ideas del ex presidente Aznar que no cesa de repetirlas y se prolongan en el discurso político de Isabel Ayuso, asesorada también por Miguel Ángel Rodríguez. No deberíamos olvidar que José María Aznar tuvo las santas narices de meternos en la guerra de Irak, apoyándose en mentiras. Envió soldados de un país alérgico a las guerras a matar y morir en la lejana Mesopotamia. Sólo para hacer la pelota a George W. Bush y salir en la foto del trío de las Azores con el Presidente norteamericano y el Primer Ministro inglés, Tony Blair. Prefería confiar en los EEUU que en esa Europa que robaba competencias a “su” Administración Central. Tras aquel engaño, Tony Blair se retiró de la política y pidió perdón por haber puesto en peligro a sus ciudadanos con la injustificable invasión de Irak. A Aznar hubo que echarle, después de que el atentado del 11/3/04 contra trenes de cercanías en Madrid causara 193 muertos y 2.000 heridos inocentes. En principio él echó la culpa a ETA, para no reconocer que su invasión de Irak nos había convertido en objetivos del terror. Deberíamos aprender de la tradición democrática inglesa que aparta a los que cometen errores graves e incluso tolera un referéndum de independencia en Escocia. 

Los gritos de algunos de los que se echaron a la calle para acosar las sedes del PSOE y protestar contra la amnistía a los independentistas catalanes, sobre todo en Madrid, piden todo tipo de barbaridades, aunque el conjunto de personas que protestan es variado y mayoritariamente pacífico. Pero la influencia de siglos de cultura antidemocrática pesa mucho. He escrito varias veces, he advertido a Ciudadanos hace más de tres años, que ser centralista, ser abducido por la versión de España que gusta en la capital, impide ser de centro. Ciudadanos es residual, porque ese camino conduce a la derecha y ahí ya está el PP.

Sánchez es muy maniobrero y algunos de sus compañeros de viaje demasiado imprevisibles. Vienen tiempos complicados. Pero el PP de Feijoo ha elegido una vía de descalificación, de acusar de atentados a las instituciones democráticas que puede resultarle rentable a corto plazo, pero que lo aleja del centro derecha que ocupaba. Lo que proclaman recuerda que los conservadores tienden a considerar ilegítimas todas las elecciones que pierden. Me gustaría que intentaran desconectar unos días del sustrato social franquista y moderaran su discurso. Tras absorber los segmentos políticos que UPyD y Ciudadanos abandonaron, el PP se está acercando demasiado a Vox y, a medio plazo, se desgastará. Su agresividad puede llevar a que el difícil pacto de gobierno multilateral que inicia su andadura se mantenga cohesionado como reacción al acoso.

Por cierto, Mariano Rajoy apoyó las corridas de toros y ahora apoya al ultra Milei para las presidenciales argentinas del próximo domingo. Sin comentarios.  

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4 comentarios

  1. Realmente, es «espléndido» tu conocimiento de todo lo relacionado con la tauromaquia. Aunque luego todos vayamos cambiando, siempre queda algo de lo que se aprendió de pequeño…
    Claro que para «faena», nada como la que protagonizó el profugo, lidiando a un morlaco dócil y mansurrón que tras duro castigo y a falta de otros apéndices de interés, hubo de entregar orejas y rabo al estoqueador.
    Por lo demás parece oportuno resaltar una malébola imprecisión: De Aznar, guste o no guste, no puede decirse que «hubo que echarle», porque no es cierto y bien sabes. Con las mejores valoraciones y expectativas de entonces, cumplidas dos legislaturas y en coherencia con lo que habia dicho, decidió no presentarse a la reelección tiempo antes de los dramáticos atentados y sus también dramáticas consecuencias en muchos sentidos…
    Finalizo: Rajoy apoyó las corridas de toros. Es cierto. También lo es que apoyó a Milei. La mayoría de los españoles y ¡ de los argentinos ! creen que hizo muy bien…
    Sin comentarios.

    1. Tienes razón, Aznar no nos dio ocasión de echarle. En cuanto a lo de que la mayoría de los españoles cree que Rajoy hizo bien, es tu respetable opinión.

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