Entre las medidas económicas que tomó el último consejo de ministros del 23, hubo una que pasó casi desapercibida: prohibir que los bancos apliquen comisiones por las retiradas de efectivo en ventanilla a mayores de 65 años. No es comprensible, parece que se trata de seguir protegiendo a los usuarios del sistema de pago más caro en lugar de permitir que el precio se encargue de irlo marginalizando. Lo que conseguirán es que los bancos aumenten las comisiones a sistemas de pago más eficientes para compensar lo que dejan de ingresar por la protección que el Gobierno otorga al menos eficiente. Seguimos dificultando mejoras de productividad en España.

Ni siquiera está justificada la alegación de que los mayores de 65 años no hayamos tenido tiempo de aprender a usar los cajeros automáticos. Este año se cumplen 50 años desde que se empezaron a instalar en España esos robots de manejo de billetes que, además de mejorar la operativa del servicio de caja, facilitó a los clientes el acceso a dicho servicio 24 horas al día, 7 días a la semana. Por lo que supuso de mayor comodidad para los ciudadanos, los cajeros y las tarjetas se difundieron rápidamente entre todos los sectores sociales. Los que ahora tienen 65 años tenían 15 entonces, cuando abrieron una cuenta ya se encontraron con los cajeros funcionando.

Lo que ha hecho el Gobierno en este apartado es una tontería innecesaria que retrasará la racionalización de los servicios de pago, porque unos pocos maniáticos no se hayan decidido a usar los cajeros en medio siglo. Lo peor es que conecta con una vieja política del banco emisor de forzar a las entidades de crédito a dar gratis el servicio de caja, el más caro que ofrecen. Así lo impuso durante décadas, usando sus competencias para proteger su monopolio de emisión, un negocio que permite vivir muy bien a empleados del Banco de España.

Ahora el ejecutivo, probablemente asesorado por esa entidad, da un paso atrás en la modernización del país. Intenta que no pierda popularidad un servicio de otros tiempos que habrá que ir eliminando en algún momento, porque, como he reiterado en este blog, además de muy poco eficiente, sólo es imprescindible para traficantes de drogas, armas o personas, políticos corruptos, evasores fiscales, ladrones, estafadores… Me parece una vergüenza que el Estado que está a nuestro servicio tenga tan poca visión y beneficie con sus actos al lado más oscuro de la sociedad, y me da pena que Nadia Calviño, una gran ministra de economía, cuele este gazapo entre sus últimas medidas.

Un buen ejemplo de para quien son imprescindibles los billetes está en este titular de la primera de La Voz de Galicia.

Les encantan a los amigos de lo ajeno. Si no entienden la cantidad de efectivo que tenía este imprudente lotero, quizá les ayude saber que la lotería es uno de los sistemas de blanqueo empleados por evasores y traficantes, también organizado por el Estado que nos representa.

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2 comentarios

  1. ¿ A que tanta extrañeza ? .
    ¿ Es que hay muestra de que en las decisiones del Gobierno de la Nación primen las distintas racionalidades frente a estudios demoscópicos que le informen del posible impacto negativo de las mismas en las urnas?. No lo creo yo así.
    Somos un país envejecido y aunque es cierto que se cumplen ya 50 años del comienzo de los cajeros automáticos, no lo es menos que no son pocos los que por una u otra razón son incapaces de valerse de los mismos para cubrir sus necesidades.
    Además de que algo habrá que hacer para salvar dicha realidad, hay que tener en cuenta y ahí está el quiz del asunto, de que ¡ Votan ! ..

    1. Claro que votan, pero son cada día menos y tienden a votar conservador. es pura inercia y presión de los funcionarios del Banco de España que quieren seguir viviendo como reyes. La forma racional de que cambien hábitos es que los precios les hagan rascarse el bolsillo.

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