Hemos tenido mala suerte en la llegada del covid-19. Ha caído principalmente sobre la mayor ciudad, la que se ha afanado siempre en estar muy bien conectada con el resto de España por carretera, ferrocarril y avión. Lo radial, el que todo pase por allí es una obsesión central.

El covid-19 dispone ahora de esos potentes sistemas de comunicación para llegar a todas partes y los está usando. El impacto va a ser terrible. Madrid es Wuhan, deben cerrar todas las salidas, cancelar los AVES, bloquear Barajas y colocar policías y militares en las carreteras y autovías, aunque sea tarde.

Es por la salud de todos. El Presidente del Gobierno habla todo el rato de que están siguiendo las recomendaciones de los expertos en sanidad. No sé lo que dirán ellos, pero parece que, en este asunto como en el de suspender las elecciones vascas y gallegas (hace tres días en este blog), hay otras resistencias. El líder del PP le acusa de no actuar con decisión, lo cual es verdad, pero su partido, que gobierna la Comunidad madrileña, no quiere saber nada de cerrarla. Estamos en manos de políticos mediocres en un momento muy malo. Cataluña ha reaccionado mejor.

La típica enfermedad de los grandes aparatos que analizo en mi libro y denomino «mediocridad invasiva» (pg. 46) coincide en España con un virus muy contagioso que además se propaga desde el punto más grande y mejor comunicado. Son las condiciones de la tormenta perfecta que se nos viene encima. Hemos hecho méritos para ser el país que peor haya reaccionado contra el covid-19 en el mundo, teniendo uno de los mejores sistemas sanitarios. Ojalá me equivoque.

En la villa gallega de O Grove están preocupados por la cantidad de madrileños que tienen casa o apartamento en La Toja y están llegando en masa para huir de su ciudad, con un porcentaje desconocido de portadores de covid-19. Es sólo un ejemplo de lo que pasa en otros muchos lugares de la periferia. Aunque en este caso el Ayuntamiento tiene una solución fácil: colocar un par de policías municipales en el puente que conecta con la isla y no dejar salir a nadie de ella y montar además una patrulla marítima para que no escapen por mar. Más difícil lo tienen en Sanxenxo y en cientos de otras localidades invadidas por personas del centro.

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3 comentarios

  1. En Catalunya han cerrado las pistas de ski de Baqueira, seguro que para evitar la avalancha de madrileños.

    1. Y en Sanxenxo cerraron todo, incluidas las playas, antes de lo del gobierno. Pero es tarde, Madrid ya regó el virus por todas partes y ahora los que no supieron impedirlo se ponen al mando.

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