El pasado día 27 la Presidenta de Madrid se reunió con el alcalde de Lisboa, durante la gran feria del turismo (IFEMA), y decidieron coordinarse para presionar a sus respectivos gobiernos e intentar cambiar la prioridad que el portugués ha dado a la alta velocidad hacia Galicia sobre el tendido AVE entre las capitales.

Interesa analizar las razones que les mueven, porque ayuda a comprender el marco cultural que alimenta muchas de las tensiones actuales. Ambas ciudades, además de ser el centro político y administrativo de sus respectivos países, tienen alguna política común que les hace sentirse próximas. Apoyan parte de su crecimiento en captar la residencia de gente muy rica. Además de contar con museos, teatros y orquestas que pagamos entre todos, ofrecen ventajas fiscales que se pueden permitir porque su principal sustento es el propio Estado y su influencia. Emplean privilegios colectivos para competir, los demás no puede evitar que parte de sus vecinos con más capacidad de consumo se les vayan. Lo del AVE Madrid- Lisboa reforzaría esta estrategia, sus residentes privilegiados podrían viajar entre el centro de ambas metrópolis, sentados en gran clase, para asistir a actos, fiestas y espectáculos.  

La visión autista de Ayuso responde a la idea radial de España, muy popular en una ciudad que aspira a ser París desde que llegaron los borbones. El nacionalismo madrileño es de la variante absorbente, frente a la disolvente que se da en parte de la periferia norte. Para ella, España es Madrid y sus prioridades locales son las de todos, no admite que Galicia sea preferida en algo que la capital considera estratégico.

Las razones que mueven a Lisboa son más sutiles. Para ella el AVE a Madrid supone menos tráfico que el que derivará de la conexión con el norte, que la acerca a las zonas más pobladas de su país.  Si la derecha lisboeta, a pesar de todo, prioriza la alta velocidad con la meseta es porque el despegue del eje atlántico, con la integración de la parte gallega, cambia la posición geográfica de Lisboa. La sitúa claramente en el sur y Oporto, la ciudad con la que compite, tenderá a ser el centro económico de la costa occidental peninsular.

Pero no se preocupen, los anhelos de capitales de antiguos imperios, respaldados por políticas conservadoras, tienen menos peso en una Europa de fronteras difusas. El gobierno portugués ha elegido el interés del país, no la visión localista de su capital. Usó criterios técnicos cuando se planteó la modernización del sistema ferroviario y priorizó la inversión en el eje que se prolonga hasta Galicia, idóneo para ese tipo de transporte porque integra un conjunto lineal de ciudades, puertos, aeropuertos y centros logísticos, con 12 millones de habitantes. Su alta velocidad no será tan alta como la española, pero moverá mercancías. Se trata de un país más pequeño, consciente de que no puede permitirse derroches, no cometerá los dos graves errores del AVE: visión radial y sólo para pasajeros.

La racionalidad del país vecino en este importante tema cuenta con el respaldo de la UE, que no gusta dilapidar fondos en inversiones poco productivas. Por eso empuja un proceso de integración que es la base del mayor crecimiento de Galicia y el norte de Portugal desde que se fue diluyendo la frontera artificial entre los “conventos” lucense y bracarense de la vieja Gallaecia.

Galicia debería estar tranquila, las inversiones transfronterizas que reciben dinero europeo se deciden buscando su mayor rentabilidad económica y social. La insolidaridad de Isabel Ayuso, tratando de perjudicar a Galicia, no es sólo un acto de prepotencia, es también un error político porque estamos en la antesala de las elecciones gallegas, que se prevén ajustadas. Supongo que a Feijoo y Rueda no les habrá hecho gracia que airee sus planteamientos justo ahora. Deberían decir algo, se trata de un asunto trascendente para este pequeño país del noroeste peninsular. 

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2 comentarios

  1. Estupenda valoración, Enrique. Esperemos que algunas mentes no completamente abducidas por la España centralista sospechen a partir de ahora la riqueza que se esconde en la variedad que naturalmente ofrece la vieja península.

    1. Lo que me sorprende es que un tema trascendente para Galicia al que se enfrenta una destacada figura del PP haya pasado desapercibido. Debería estar en el centro de loa campaña electoral, los electores deben saber cual es la postura del principal partido del país, si apoya o no que se le dé prioridad a Madrid sobre a nosa Terra

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