El, hasta hace poco, idolatrado padre de Facebook está siendo acosado. El día 4 hubo un apagón de siete horas de todo su imperio de redes, que pone en cuestión su fiabilidad de servicio y atrajo mucha atención sobre su empresa. El día 5, Frances Haugen, una empleada que dejó la compañía en mayo, después de enviar al Wall Street Journal documentos internos que reflejaban malas prácticas, comparecía ante el Senado para confirmar lo que el diario había publicado.

Por si no llegara con el escándalo de la venta de datos a Cambridge Analytica, que permitió que los servicios secretos rusos infiltraran las redes sociales con mensajes personalizados para favorecer la victoria de Donald Trump en las presidenciales de 2016, ahora nos confirman que, al parecer, la ética tiene poco peso en el universo de Facebook y satélites. Según los datos facilitados por Frances, en su antigua empresa importa sólo aumentar las visitas, hacer a los usuarios dependientes, ganar más dinero. Para ello, dan prioridad a contenidos que promueven enfrentamientos o  no hacen nada para evitar que los adolescentes que usan Instagram, especialmente las chicas,  tengan crecientes problemas de aceptar su imagen, con consecuencias en inseguridad y otros daños psicológicos.

Parece que va siendo hora de hacer algo con el imperio de este personaje. Lo primero sería aplicar la lógica elemental de prevención de prácticas monopolísticas y dividir el grupo en tres compañías diferentes, sin compartir accionistas influyentes. Las autoridades de defensa de la competencia en los EEUU no permitirían, por ejemplo, que Coca Cola comprara Pepsi, pero Facebook puede adquirir WhatsApp. Lo decíamos en la entrada (https://libertadxxi.com/elizabeth-warren-propone-zuc-ker-berg) que aplaudía el programa de Elisabeth Warren, prestigiosa senadora que participó en las primarias demócratas para elegir candidato a las últimas presidenciales, que incluía una medida de ese tipo. De hecho, el primer artículo de este blog fue para pedir que se impidiera que Facebook emitiera su propia moneda virtual. Libra, así la llamaron, quedó en proyecto por el rechazo que provocó.

Esto es como una serie de acción contra el poder de gigantes tecnológicos. El día 6 compareció también ante el Senado Jonathan Kanter, propuesto por Joe Biden para liderar la división antimonopolio del Departamento de Justicia. Es un experimentado abogado que critica duramente el poder de las grandes tecnológicas y se propone combatir su concentración empresarial, especialmente en el entorno de Silicon Valey. Tendrá que pelearlo, porque tienen mucho poder y grandes abogados y los tribunales no lo ponen fácil, alegando, entre otras cosas, que la concentración también beneficia al consumidor.

Estamos ante un desafío básico a la libertad de expresión, la que todos desean manejar en su beneficio, el cimiento sobre el que construyen las demás. Se necesita más regulación sobre las prácticas de las grandes empresas de internet y, especialmente, combatir posiciones de dominio. Creo que las sociedades libres están cada vez más concienciadas. El apoyo de los usuarios, boicoteando algunas redes, ayudaría a empujar a nuestros dirigentes a hacer lo que deben y metería miedo a los nuevos “masters del universo”, forzándoles a comportarse mejor.       

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2 comentarios

  1. Yo creo que, para no discriminar y estar alineado con las vigentes políticas de género a que frecuentemente te refieres, el título de la entrada debería ser:
    A Zuc-ker-berg le crecen los enanos y las enanas.

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