XI Jinping aplica al Tibet la receta de Hitler para Austria

Casi 70 años después de que China invadiera el país y 60 desde que el jefe espiritual de los budistas y dirigente, de hecho, del gobierno de aquella altiplanicie, el Dalai Lama, tuviera que abandonarlo, la superpotencia asiática ha publicado un libro blanco sobre el tema.

China trata de lavarse la cara exponiendo que su anexión y la conversión del Tíbet en región autónoma, han democratizado y modernizado el país. Lo de democratizar es un verbo incompatible con un régimen totalitario, aunque el sistema religioso budista anterior tampoco era liberal. Conocemos bien la afición de los autoritarios a hacerse pasar por demócratas (1), lo que indica mala conciencia, pero, en absoluto, voluntad de cambiar las armas por las urnas.

En lo de modernizar ha influido mucho el gran desarrollo de China desde que ocupó el Tíbet. No obstante, la mayor parte de los beneficiarios de las empresas creadas allí pertenecen a la etnia Han. China sigue una callada política de uniformización racial y promueve la repoblación de sus territorios con individuos “adecuados”.

Ocupación militar, policía política, dictadura de partido, limpieza étnica. Si tengo que buscar referencias, lo que hace el gobierno chino me recuerda lo que hizo la Alemania nazi con Austria (1938-1945), país que se anexionó, según Hitler, de forma democrática. Pero los chinos son más, van poco a poco y, hasta ahora, no han reculado. Veremos lo que pasa en Hong Kong.

(1) “El afán, a veces casi cómico, de los autócratas para parecer lo que no son, vistiéndose con ropajes institucionales y oficiando ceremonias que aparentan la existencia de un régimen de libertades, es, en el fondo, una gran victoria de los demócratas” (pg.164)

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *