La anterior entrada del blog se refería a las tensiones interiores que la globalización, la UE en nuestro caso, crea en España. Los estados nación muy grandes son mucho más peligrosos que el nuestro. El más importante, EEUU, es una democracia muy condicionada por la influencia de gente poderosa, que está consiguiendo aumentar la desigualdad, limitar el ascenso social o parar la inmigración. Me gusta estar pendiente de lo que pasa allí y olvidar un poco los líos internos de esta España tan agitada por tensiones cruzadas.

Ayer, el Presidente Trump presentó una nueva rama de sus Fuerzas Armadas: la Fuerza Espacial. El objetivo inicial de esta estructura militar es defender los sistemas de satélites para comunicaciones y vigilancia. Lo hizo en el solemne acto de firma de los presupuestos de defensa de 2020, que aumentan un 3% sobre los de 2019, mientras el crecimiento económico está en niveles del 1,9%.

Más dinero para armas, champán para el poderoso complejo militar-industrial, que aporta mucho dinero a su campaña para la reelección. Para compensar el exceso, intentarán recortar algo el gasto social y así no tener que abandonar la ortodoxia presupuestaria que tanto gusta a los republicanos, aunque un año electoral siempre justifica una alegría. Mientras, contentarán a los trabajadores industriales y a los accionistas de las empresas con protección arancelaria y quizá consigan que los fabricantes de armamento y el ejército aumenten el empleo a corto plazo. Todo debe ayudar a ganar las elecciones presidenciales del 2020.

En el libro se explican las raíces de estas actitudes nacionalistas, poco adecuadas a la situación actual del planeta, que se basan en recortar el comercio, reforzar las fronteras y aumentar el gasto militar. Los períodos históricos con tendencias similares no terminaron bien. Hay pocas razones para ser optimistas, pero esperemos que ahora haya más suerte y la debilitada Europa sea capaz de ofrecer una visión más integradora de la Humanidad, que conecte con las inquietudes de una juventud muy preocupada por cómo están las cosas.

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