No debemos olvidar ese mensaje de una estrella del Partido Demócrata en la exclusiva gala anual del Instituto del Traje del Metropolitan Museum de Nueva York. Alessandra Ocasio-Cortez, destacada congresista por aquella ciudad, de origen hispano, aprovechó su vestido blanco para escribir sobre él un mensaje directo: los ricos deben pagar más impuestos.

La línea fiscal que defiende su partido va en esa dirección, especialmente ahora que el gobierno norteamericano ha comprometido un aumento del gasto social y un plan de infraestructuras de más de 1,2 billones, para mejorar las comunicaciones y la lucha contra el cambio climático, además de ayudar a la salida de la crisis provocada por la pandemia. Para hacer frente a ese esfuerzo y no aumentar en exceso la deuda pública es preciso que la gente con más dinero haga un esfuerzo solidario.

Cambian las tornas después de la presidencia de Donald Trump, años de dominio de los muy ricos. En el capítulo sobre el poder del dinero de mi libro se analiza como esta pequeña parte de la sociedad norteamericana ha ido aumentando su riqueza, profundizando la brecha de la desigualdad y desgastando la igualdad de oportunidades, una base de la democracia en la que los EEUU habían destacado durante mucho tiempo. El cambio se manifestó también en la estrepitosa derrota que sufrieron los republicanos en su intento de revocar al gobernador de California, mediante un referéndum celebrado el pasado día 14. Tendencias que reflejan un mayor compromiso de los ciudadanos para hacer frente a los privilegios de una minoría y recuperar los valores que habían hecho grande, a los ojos del resto del mundo, a la principal y más antigua democracia de la historia contemporánea.

Aquí  el equivalente local a los amigos de Trump apoya también, como es lógico, la política de pagar pocos impuestos. Destaca en el ejercicio de esa tarea la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, una política que está en alza como Alessandra, aunque con  otra orientación.  Prueba de ello es el apoyo que le da, en sus ambiciones de presidir su partido en la Comunidad, su predecesora Esperanza Aguirre. Una destacada representante de los pijos de toda la vida, condesa consorte de un título con Grandeza de España, y política aún bajo investigación judicial por los asuntos de la Gurtel. De orígenes sociales muy diferentes les une su actitud decidida y un desparpajo muy popular en la capital. No esperen trajes reivindicativos entre las asistentes a la Semana de la Moda de Madrid, que también se celebra estos días.

La equidad recaudatoria, vinculada a que el esfuerzo fiscal guarde proporcionalidad con la capacidad de contribución de las personas, es un instrumento fundamental para  lograr una sociedad más justa, más libre y más dinámica. La capital del Estado, que basa su desarrollo en esa situación de privilegio, no debería aprovecharla para hacer competencia fiscal a los demás CCAA y socavar temas tan importantes como la igualdad de oportunidades.

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3 comentarios

  1. Perfecto: máis unha observación. ¿Son as decisions fiscáis madrileñas froito da das ocurrencias das duas lideresas? ¿Ou pola contra estas decisions encaixarían nun modelo de instauracion dun modelo territorial que nos tempos das cidades globáis, precisaría da presencia de Madrid como Cidade Global do Estado, modelo aceptado por quenes con sé fiscal en Madrid (PPPSOE incluidos) gardaron un exquisito silencio durante anos ante un escandaloso réxime fiscal que compartían e do que eran directa ou indirectamente beneficiarios?. Os dous últimos anos abonan esta segunda tese e a proclama “Madrid es España, España es Madrid” non me parece unha frase para olvidar sobre todo tendo en conta a débil resposta dun goberno que é herdeiro da recentralizacion mais radical das infraestructuras viarias, ferroviarias, portuarias, aeroportuarias,… da restauracion democrática.
    Só falta que PPPSOE nos digan que os fondos Next-Generation se destinen maioritariamente a crear a 4ª, 5ª, 6ª ronda polas Castillas… das que Madrid parece non formar parte. ¡E o creímos!.

    1. Axeitada reflexión, todos os partidos con peso na capital tenden a deixar pasar o tema, que é dos peores atrancos cara un Estado máis moderno, solidario e xusto. Porque a competitividade de Madrid baséase directamente no control que exerce sobre o aparato estatal, que lle permite ter capacidade de prescindir dos impostos dos ricos e seguir captando residentes poderosos. Como mostra: o 29% do emprego público está alí, con unha porcentaxe superior ao 50 do mellor retribuído, e un 60% do total dos contratos do Estado caen en manos de empresas con sé na capital. Como di Ximo Puig, é unha xigantesca aspiradora.

  2. Me pierdo en una retorica pretendidamente academica pero que se enreda en cuestiones que pueden ser contemplables pero se alejan de lo que en la práctica es esencial.
    Por evidente, no me detendré en argumetar que la base de nuestro sistema fiscal es la progresividad de la carga impositiva. Si en la necesidad, en busca de una mayor equidad, de concretar (nada de conceptos abstractos) quienes se considera que son los ricos. Y, no menos importante, potenciar la lucha sin cuartel contra el fraude fiscal, además de dificultar hasta el límite de lo posible las posibilidades de elusión.
    No creo necesario entrar a deslindar lo que es carga y esfuerzo fiscal.

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