La medida tomada por el Gobierno de Murcia, a propuesta de Vox y apoyada por el PP más radical, debe haber sido recibida con beneplácito por la creciente población inmigrante de religión musulmana que tenemos en España. Permite más control a los padres sobre lo que se enseña a sus hijos, especialmente a sus hijas, desde un Estado laico. Sobre todo en relación a la sexualidad.

En el capítulo del libro dedicado a las mujeres se expone, y lo he repetido alguna vez en este blog, que las grandes  religiones constituyen mecanismos de control, dirigidos por hombres, sobre la actividad sexual, que se intenta circunscribir a la función reproductiva. En ese marco, promueven sistemáticamente la alienación de las mujeres para que no se desvíen del objetivo.

El mundo en que vivimos, muy poblado e interconectado, somete a desafíos complejos instituciones básicas que provienen de otros tiempos, como el estado nación o las religiones. Lo que crea confusión y aflora contradicciones. Citaba este fin de semana el caso del PP, que se desmarcó de su grupo en el Parlamento europeo, para votar con los partidos xenófobos y euroescépticos contra una resolución que pedía más vigilancia sobre el gobierno polaco para impedir que restrinja la independencia de los tribunales.

Ahora, la parte más católica de la política española coincide con la estrategia del Islam de controlar la educación. Como siempre lo han hecho, a pesar de su histórico enfrentamiento en el campo de la fe. A lo mejor Vox nos sorprende y es capaz de desarrollar una florentina estrategia en el sureste peninsular, su zona de más arraigo, para atraer el voto del Islam, ahora que ya tiene el de muchos cristianos de la zona.

Cada vez más, asistiremos a aquello de que “la política hace extraños compañeros de cama” una frase que, al parecer, es de Winston Churchill, pero que popularizó Groucho Marx. Tenemos que acostumbrarnos, son las tensiones que provoca el siglo XXI en sistemas sociales que deben adaptarse pero les falta práctica. Eso estimula la curiosidad y  es lo que me animó a escribir la Libertad en el Siglo XXI.  

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