Mi entrada del pasado día 23, Pelea de gallos en Oil Corral, proponía que los asistentes realizaran apuestas, como son normales en estos espectáculos, sobre dos cuestiones con las que cerraba el artículo: ”¿Aceptará Putin un recorte de la producción de petróleo? ¿Cuándo?“.

Ya lo sabemos, acaba de hacerlo. El gallo taimado, como le llamaba entonces, se ha inclinado ante el gallo feudal, el príncipe saudí Bin Salman. Este último ha recibido ayuda del gallo payaso, el Presidente Trump, que revoloteaba alrededor de la pelea y acabó metiéndose en ella.

A los dos primeros les iba muy mal por los picotazos que se daban. Rusia se negó a recortar la producción, como le pedía la OPEP, y Arabia decidió aumentar la suya. Entre eso y los efectos de la pandemia de covid-19, los precios del crudo se desplomaron a menos del 50% de los que había en febrero. Un desastre para ambos, pero especialmente para el ruso, con una economía débil, dependiente de las exportaciones de hidrocarburos y una población envejecida que puede ser muy afectada por la epidemia.

Como también adelantábamos hace tres semanas, al gayo payaso lo han lanzado a la pelea sus amigos tejanos, grandes financiadores de su campaña de reelección, que perdían dinero a espuertas en los negocios de fracking, con los precios del barril de Brent en torno a 25 dólares.

Malos tiempos para el gallo taimado, embarcado en todo tipo de faustos imperiales, pero con pocos recursos ahora para gastar en misiles o nuevos aviones. El recorte de la producción ha impulsado algo los precios, pero a él lo han dejado con menos petróleo que vender, algo que no puede permitirse mucho tiempo. En cuanto recupere sus espolones, volverá a la pelea. Tal como está todo, creo que le costará, al menos, un año.

En doce días volveré sobre un personaje que me interesa especialmente, como se puede ver en mi libro, y al que le ha cambiado mucho el escenario de gloria que preveía a principios de año. Será precisamente el 22 de abril, la fecha que él había elegido para el referéndum mediante el que los rusos lo proclamarán “zar perpetuo” y que ha tenido que posponer.

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2 comentarios

  1. Como el «gallo taimado» es muy taimado y tal condición le viene permitiendo un engallamiento que tiende a perpetuarse contra viento y marea, con la única limitación que a todos termina imponiendo la biología, no parece probable que vaya a ser sencillo hacerle «morder el polvo» en el sentido que se apunta en el artículo. Es así que buscando la posibilidad de lograrlo por camino distinto a los hasta ahora explorados sin éxito, pueda utilizarse como señuelo otro «polbo», y que nadie crea que se trata de un error ortográfico el mío, queriendo proponer alguna solución con connotaciones eróticas. No. Me refiero al polbo gallego (al cefalópodo), preferentemente preparado «a feira» y por pulpeira de O Carballiño. Pese a la probada capacidad de resistencia del líder eslavo, tengo para mi que sucumbiría ante tal envite y si que, así, lo mordería y se haría adicto a una práctica y a unas costumbres que, como sucede con el pueblo gallego, suele permitir fluida comunicación y entendimiento con todo el mundo.

    1. Estas muy creativo José Luis, se notan tus raíces en la capital del pulpo (o polbo), yo también tengo alguna antepasada de la zona.
      Toda esta crisis del covid-19 le ha complicado la vida al nuevo zar de todas las Rusias. No le ha gustado nada pero ha tenido que atrasar todos los fastos planeados para su entronización y además ha capitulado a las presiones de la OPEP y EEUU para reducir la producción de petróleo.

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