En la anterior entrada, a raíz de una nueva ley que ha presentado la Xunta de Galicia, criticaba la obsesión por incentivar la producción de descendencia. La derecha apuesta por ello. La ideología pesa mucho, no importa que tengamos un paro altísimo ni que se vayan al exterior gran parte de los jóvenes mejor formados. El PP apuesta por transferir dinero público a los bolsillos privados de familias numerosas, sin tener en cuenta niveles de ingresos. El lobby familiar católico, formado mayoritariamente por votantes del PP, se sentirá bien retribuido.

Parecemos un país norteafricano trayendo niños al mundo para que luego emigren o se queden en el paro. El dibujo de El Roto que acompaña estas líneas resume muy bien el problema.

Sería mejor intentar ser un país del norte que destaque en la investigación y la producción de bienes para la exportación. No sería muy complicado si realmente se intentara, porque tenemos muy buena calidad de personas. Algunas sencillas medidas ayudarían mucho, como cambiar el sesgo de la inversión pública de la construcción a la investigación o aprobar un reglamento de sanciones para castigar a los principales agentes de la extendida morosidad en los pagos, que incumplen la normativa vigente y evitan que contemos con una amplia base de Pymes capaces de invertir y crecer. Hay una entrada del 21/10 sobre este último punto que retrata muy bien nuestro modelo de producción: “Media de días de aplazamiento de pago entre empresas: Alemania 19, España 81. No competimos bien porque pagamos mal” .

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