Les pasa a muchas personas, se acostumbran a convivir con el sufrimiento de alguna enfermedad o lesión que va minando sus capacidades. Lo consideran inevitable y dejan de buscar un tratamiento. Lo mismo les pasa a las sociedades modernas con el papel moneda. En los dos días anteriores a esta entrada, la prensa gallega daba noticias de problemas en cuya base radica un sistema de pago opaco que funciona con la garantía del Estado.

Una información recogía el desmantelamiento final de una organización dedicada al tráfico de cocaína dirigida desde Barcelona por un marroquí. En Vigo detuvieron a un cómplice que blanqueaba dinero para ellos y en varias viviendas de su propiedad encontraron 500.000 euros en efectivo. En la misma operación están involucraos varios establecimientos que ayudaban en el blanqueo. También se bloquearon cuentas, inmuebles y otras propiedades, producto final del lavado de beneficios de una “empresa” que operaba sólo en billetes. Algo más al norte, en Coruña, el mismo día se destacaba el repunte del consumo de heroína y las nuevas recaídas de los politoxicómanos, consecuencia del trabajo de esas organizaciones de logística y menudeo de lo prohibido.

El 17, un periódico advertía que el consumo navideño propiciaba las ciberestafas. El mismo día, la policía detenía a una vecina de Oza-Cesuras, una “mula” que transportaba billetes para esas organizaciones, que dependen absolutamente de ellos, por muy tecnológicos que sean sus sistemas de estafa. El bitcoin puede ser trazable y no sirve para el menudeo.

El 18, los medios recogían una sentencia de la Audiencia de Lugo, que condenaba a 25 años y 3 meses de cárcel a un hombre que, además de maltratarla y violarla, obligaba a trabajar para él a una prostituta a la que había secuestrado. La finalidad de los abusos era someter a la víctima para incautarle, cada día, los ingresos que obtenía. En efectivo, por supuesto.

En esa misma fecha la prensa reflejaba otra sentencia, esta de la Audiencia de Pontevedra, que condenaba a un empleado de una empresa de asistencia técnica a los hospitales de la ciudad por sustraer la recaudación de los televisores de las habitaciones, que los pacientes y sus acompañantes hacen funcionar con monedas. En cuatro años se había apropiado de 49.428 euros. La moneda es menos eficiente que el billete para la delincuencia, pero también produce problemas porque es opaca.

Cada día hay más noticias de actividades que, como el tráfico de personas, justifican el aumento continuo de la emisión de billetes del BCE, a pesar de que en la economía legal están dejando de usarse. Aún no nos acostumbramos a realizar una operación aritmética simple: sacar factor común. El efectivo es la base y el único protagonista imprescindible de tanto vicio y dolor, un virus que ahora se puede combatir.

El día 16 había presentado en Coruña mi ensayo La Energía Oscura del Dinero 2.1. Tuvo escasa repercusión en medios, sólo lo recogieron Quincemil y La Opinión. Si fuera un profesor alemán o un estadounidense el que viniera a exponer que, por primera vez en la Historia, podemos tratar el cáncer social del dinero opaco probablemente lo hubieran destacado más. Mejor aún si fuera nórdico, porque procedería de un país que está en fase de eliminación de un medio de pago que causa creciente dolor y gasto público.

Hay resistencias de todo tipo e inercias que alejan el inicio de un proceso programado y prudente para eliminar el papel moneda, pero llegará. Fui de los primeros en preverlo, como se puede leer más abajo, aunque con cierta dificultad por la calidad de la copia, en el artículo que publiqué en Expansión en 1994.

Grandes aparatos institucionales viven cómodos con los billetes, como los bancos centrales, o se benefician ilegalmente de ellos con la corrupción, incluida la financiación en B de algunos partidos. Si no reciben presión social para que podamos mejorar radicalmente en la lucha contra la delincuencia y el fraude fiscal, gracias a las posibilidades de la tecnología actual, es por pura inercia. Ese es siempre el principal obstáculo para avanzar. Reproduzco el final de mi ensayo, publicado con la única intención de llamar la atención sobre ello:

… escribía Concepción Arenal, hace siglo y medio (“La mujer del porvenir”), en defensa de la educación de las mujeres en iguales condiciones que los hombres. Así describe a algunos de los que se oponían a ello: ”… los que llaman bueno al camino trillado, sueño a todo lo que no se ha realizado, peligro a cualquier innovación, trastorno al movimiento…”. La educación de las mujeres es un gigantesco avance para la Humanidad como preveía la gran y combativa pensadora. Lo mismo ocurrirá cuando aceptemos las posibilidades de mejora que ofrecen los modernos sistemas de pago, si las aplicamos con los criterios y precauciones expuestos.

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