Es una tendencia: apúntate a algún movimiento en que otros piensen por ti. Luego, confirma esas ideas en las redes sociales y desconfía de los que no las siguen. Un proceso gregario de formación de opinión que, además,  puede ser dirigido desde algunas de las variantes de poder que intentan influirnos, ayudadas por su creciente capacidad de generar pedazos ad hoc de realidad virtual o de fake news para reforzar los sentimientos de pertenencia a algo que nos agrupa y cobija. 

La frase del titular (no pienses, aplica la fórmula) es de un viejo  profesor de matemáticas de un MBA que cursé hace décadas. La usaba en plan de broma cuando alguno se ponía muy pesado resolviendo un problema por cauces inadecuados. Yo mismo la he empleado algunas veces dentro de una empresa ante situaciones de atasco por asuntos irrelevantes. Ahora me ha vuelto a la cabeza por una información que leí hace unos días en un medio fiable.

La revista científica Nature ha publicado un trabajo de investigadores de la Universidad de Harvard, que analizaron los tejidos cerebrales de varios cientos de personas, fallecidas entre los 60 y los 100 años, y hallaron suficiente correlación entre la esperanza de vivir más de 85 años y la poca presencia de genes que tienden a excitar la actividad cerebral. Hay también evidencias de que los animales de laboratorio con más trabajo neuronal central viven menos.

Aunque los autores advierten que son necesarias más investigaciones para confirmar estos indicios, la noticia me dejó helado. Es lo que me faltaba, uno escribe un libro en defensa de la libertad y resulta que los más manipulables, los que menos piensan, viven más y continúan votando. Empiezo a pensar (aunque procuro no hacerlo demasiado ahora que entro en una edad peligrosa) que la democracia va a tener más dificultades para pervivir en este mundo revuelto de las que yo preveía.

Ya es bastante arriesgado intentar tener un pensamiento propio que te puede acarrear, según donde vivas, desde un cierto aislamiento social hasta penas de cárcel o agresiones físicas, como para que encima te digan que vas a vivir menos. Ahora sabes lo que hay que hacer: agárrate a algunas ideas (pocas) de mucha venta, no le des demasiadas vueltas a la cabeza y así vivirás más y más tranquilo. Para mí, un espanto.

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2 comentarios

  1. Un tanto chocante el hecho de que ejercitando el cerebro se viva menos. Lo contrario de las demás partes del cuerpo, ejercicio mejora tu salud.
    Si es cierto que había oído un dicho en esta línea que era algo así como:
    Si quieres ser feliz, no analices…
    No se si porque vivirás más.

    1. Es una intoxicación de Putin y Abascal. Gracias por hacer comentarios, eso me anima a seguir. Un abrazo y perdona la demora

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