Ayer había dos informaciones contrapuestas en La Voz de Galicia. Una tribuna en las páginas de opinión, firmada por la Conselleira de Medio Ambente, titulada: “Cambiemos nos e non o clima”. En ella, después de describir la gravedad que va tomando el proceso de calentamiento global, se hacía referencia a la necesidad de cambiar y olvidar ciertos hábitos y a la estrategia del Gobierno Gallego sobre el tema, que, entre otras medidas, busca aprovechar la capacidad que la comunidad tiene en las energías renovables (ríos, mareas, olas, viento, biomasa…). Pero advertía que poco pueden las leyes y las medidas si no las ponemos en práctica y continuamos como si nada ocurriera.
Unas páginas antes, en la información de Galicia, se recogía una noticia con titular a cuatro columnas: “Vigo empieza a tirar de la Navidad gallega” y el subtítulo “Las ciudades se esfuerzan en potenciar la iluminación navideña tras el éxito vigués”. Cuando las urbes más avanzadas se dedican a reducir la iluminación para combatir la contaminación lumínica y ambiental, aquí hacemos lo contrario. Lo de ir contra corriente garantiza un cierto éxito popular, porque hay curiosos que quieren ver, en versión XXL, algo que va a desaparecer sin importarles el mal ejemplo o lo que pueda pasar después.
Aclárense por favor, la gente se despista cuando recibe mensajes contradictorios de los dirigentes políticos y deja de intentar cambiar hábitos para ayudar a la sostenibilidad del planeta. No se dejen cegar por los excesos de luz.
Es mal momento para la exhibiciones de gasto energético ahora que tenemos a todo el mundo pendiente de nosotros, pues España acogerá dentro de unos días la Cumbre del Clima. A esta reunión de impacto planetario acudirá la joven activista sueca Greta Thunberg. Quizá podría acercarse también a Galicia (incluso desembarcar aquí del catamarán que la trae de América) para encabezar alguna protesta nocturna. Seguro que estará bien iluminada