Se decía en el primer artículo de la serie, pero conviene aclarar algunas cuestiones que surgen cuando se afirma eso. Primero, las relativas a la viabilidad de los negocios al margen de la ley (incluidos los de motivos fiscales).

  • Aumentarán las estafas electrónicas. Es lo contrario: disminuirán. Si se toman el tiempo de analizar las noticias que recogen los medios, verán que todo ese tipo de estafas y entradas en cuentas ajenas terminan de la misma forma: retirando efectivo en bancos o cajeros, o comprando cosas para cambiar por billetes. Sin papel moneda no podrán operar, porque si dejan lo sustraído en una cuenta se lo acabarán localizando.
  • Algo inventarán. El mundo delictivo organizado se colapsa si tiene que operar con algo diferente al efectivo, pepitas de oro o cualquier otra cosa opaca que pueda usarse como medio de pago. Las cibermonedas podrían investigarse, si de verdad hiciera falta, y no sirven para la fase “detallista” de los negocios (vender papelinas en la calle, por ejemplo), ni nadie las va a acumular en casa. Además, las basadas en sistemas blockchain tienen tal consumo energético que si se generalizaran serían una grave amenaza a la sostenibilidad del planeta. Los que atracan casas se encontrarán que no hay efectivo, sólo cuadros, ordenadores o joyas que, si se las llevan, no pueden cambiar por billetes. Algo inventarán, pero será limitado. Sin billetes, el 90% de la economía sumergida y criminal desaparecería.

En segundo lugar, si se retiran los billetes en condiciones bien pensadas de plazos de uso y canje, la mayor parte de sus reservas desaparecerían y serían un gigantesco beneficio del banco central. Lo ya blanqueado en paraísos fiscales seguirá ahí y aún puede permitir operaciones de nivel alto, pero se les va a complicar mucho la vida, van a tener poca influencia en lo que pasa y habrá más policía dedicada a ellos, a la que no se podrá sobornar con unos cuantos billetes.

La parte marginal de las economías sumergida y criminal que logre subsistir será de escasa entidad y se basará en cosas como regalos o favores o gastos personales imputados a empresas. Lo que tiene poco recorrido, porque si son importantes o se extienden mucho serán fáciles de detectar por inspecciones policiales o fiscales.

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