Lo comentaba hace unos días: San Francisco ha declarado terroristas a lo que apoyan la venta libre de armas (entre 30.000 y 40.000 muertos/ año). Pero al Presidente parece preocuparle más la expansión  del vapeo (6 muertos en total). El lobby de los fumetas debe pesar poco en Washington, mientras que la ultraderecha religiosa mira con desconfianza que los chavales se metan en vapores malignos. Lo de andar a tiros todo el día no parece importarles.

Es necesario informar y educar sobre los peligros del cigarrillo electrónico y de las nuevas formas de inhalar gases porque implican un peligro para la salud pública. Otra cosa es que se use el asunto para que no se hable de otros temas. Supongo que lo de centrar el debate público en las contraindicaciones del vapeo es una recomendación de los asesores  de imagen del Presidente o, directamente, de la Asociación Nacional del Rifle. Ellos saben que la memoria de la opinión pública es débil y manipulable. Su problema es que no podrán impedir que pronto haya otra balacera con muchas víctimas y más ciudades y más ciudadanos se vuelvan contra las armas.

En Estados Unidos pierden la vida a tiros más niños y adolescentes que policías. Sólo en la masacre de Parkland (Florida), el año pasado, murieron más estudiantes (17) que en varios años de cigarrillo electrónico y derivados. El Sr. Trump (1) aplica dosis inmensas de hipocresía o (2) se olvida de los problemas que no le interesan, porque está muy ocupado twitteando, o (3) se fuma cosas que no le convienen.  O los tres.

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