El contexto político mundial se ha visto sacudido por la vuelta del líder gordo, rico y mal criado a la Presidencia del principal país del planeta, en términos de PIB y capacidad militar. Ve la política internacional con ojos de promotor inmobiliario de éxito, negocia duro, amenaza y quiere reforzar la potencia de los EEUU y ampliar su base territorial, como su taimado amigo de Moscú. Ambos apoyan un gobierno del planeta encabezado por países poderosos liderados por fascistas, despreocupados de las consecuencias de sus políticas para el cambio climático o para el hambre y la salud de los desfavorecidos.
Desde hace años, propongo la creación de un ejército europeo y el abandono de la OTAN o dejarla como un simple acuerdo militar con Reino Unido, Canadá y los EEUU. Puesta en marcha para defendernos ante la URSS, es la justificación que alega Putin para estar en conflicto permanente. Vende su voluntad anexionadora como defensa contra la amenaza militar occidental.
La grave situación en Ucrania ha provocado que la UE se decida a promover mucho más gasto militar de sus miembros y crear, por fin, un sistema de defensa propio como el que este blog lleva años demandando. Un desafío que exige voluntad política, soluciones nuevas y más fondos a obtener de finanzas públicas exhaustas. Para ello, sería razonable contar con medios asignados a la OTAN. En la medida en que esta organización está en retroceso, lo más práctico y barato es utilizar sus equipos e instalaciones o la mayor parte de ellos, pues atesoran experiencia y protocolos para la intervención conjunta de varios países sobre el terreno.
Europa necesita enfrentarse a los nuevos-viejos retos que traen los patriotas de dentro y fuera, profundizando en su filosofía de integración supranacional. No debe permitir que la contagien con medidas de vuelta atrás. Los neofascistas son un obstáculo importante para este reto, e incluyo los de derechas e izquierdas.
En España es evidente el papel de Vox, pero también asoma el de Izquierda Unida, son comunistas y presionan a Sumar para intentar parar el aumento del gasto en defensa. Unos apoyan a Trump, los otros parecen solidarizarse con los intentos rusos de reproducir la URSS. Ambos pretenden un futuro basado en enfrentamientos del pasado, cuando necesitamos asegurar un provenir pacífico para una Humanidad más integrada y amenazada por graves riesgos medioambientales y bélicos. Hacen falta instituciones, como la UE, que superen los límites del estado-nación, y aseguren que las personas vean defendidos sus derechos básicos en un contexto de colaboración transfronteriza.
Europa debe mostrarse ambiciosa frente a la inestable política internacional desde su filosofía integradora, no centrarse en soluciones conservadoras, para sacar partido de las oportunidades que ofrece su experiencia acumulada durante tres cuartos de siglo. Haré propuestas en los próximos días.