Algunos de los responsables de la iluminación de las ciudades a escalas excesivas, con motivo de las fiestas de Navidad, aducen que las bombillas que emplean son de bajo consumo o que la energía que consumen proviene de fuentes renovables. Lo primero ayuda a gastar menos, pero sigue habiendo un gasto energético por motivos festivos. Lo segundo puede ser verdad algún día en que, por ejemplo, haga mucho viento, pero cuando nos conectamos a la red eléctrica consumimos lo que esta tiene en ese momento y procede de fuentes diversas. De una mezcla en la que la contaminación tiene siempre alguna incidencia.

Si no se consumiera energía para usos ornamentales la electricidad no se perdería. Iría a otras aplicaciones menos artificiales, dentro de la misma zona, del mismo país o dentro de Europa, ya que las redes están conectadas.

Un motivo más para enviar un mensaje a los responsables de que hay que pensar en el planeta y en las personas que necesitan electricidad para vivir. Un motivo más para no encender los adornos navideños el día 13, el ecoblackfriday. Así, los asistentes a la Cumbre del Clima, cuando abandonen Madrid, se llevarán un aviso de que los ciudadanos quieren acción y dan ejemplo. Que sepan que los estaremos observando para que tomen medidas y no se quede todo en buenas intenciones.

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