Aquel 23 de junio de 2016 estuve en Londres para ver lo que se debatía. Si puedo, me gusta ver en directo estos grandes procesos porque es más fácil apreciar las fuerzas que los mueven. Comprobé la presión de los tabloides sensacionalista a favor de dejar la UE y permanecer independientes de la presión extranjera sobre costumbres y empleos. Esos medios escritos tenían más influencia que las redes sociales, al menos entonces.

La foto que tomé de la prensa expuesta en un quiosco aquel mismo día es un testimonio histórico. The Sun titula “Independence Day”, el nombre de una popular película norteamericana de 1996 en que los humanos eran capaces de librarse de una invasión alienígena, película que tuvo varias secuelas, una de ellas ese mismo año. La foto que emplea el periódico es similar a la de promoción del film. El Daily Express es más directo y pide “Vota Salir Hoy”, con un antetítulo que hace referencia al famoso mensaje de reclutamiento empleado en los EEUU ante una guerra “Tu País te Necesita”. En sus también agresivas portadas del día anterior, ambos rotativos daban a entender que la Reina estaba a favor de la salida, cosa que probablemente sería verdad. Los periódicos de mejor calidad se pronunciaban de forma comedida.

El Reino Unido sigue aproximándose a Reino Desunido, después de aquel terrible error de David Cameron al permitir el referéndum. Un terremoto producido por la fuerte falla nacionalista que cruza Inglaterra y que deja divisiones internas permanentes, dentro de ella y con los demás compañeros del grupo (Escocia, Gales, Irlanda del Norte). Aunque la negociación de salida llevó mucho tiempo, resultó bastante chapucera, especialmente para los isleños, presionados para levantar cuanto antes una vieja frontera en un continente bastante integrado. Un esfuerzo de nadar contra corriente para volver a un puerto de partida inalcanzable en la integrada sociedad de hoy.

Los británicos siguen muy divididos sobre los resultados de la ruptura, , que, según las últimas encuestas ahora no se produciría, y  tienen lecturas diferentes según región, clase social y nivel de formación. Son sobre todo los trabajadores menos cualificados los que se aferran a las fronteras al sentirse agredidos por la globalización y ser más manipulables por los medios sensacionalistas y los líderes populistas. Reflejan el proceso enfrentamiento político y enfrentamiento social que también crece en otros muchos Estados, incluido el nuestro.

El mapa que se reproduce al pie del texto, ilustra las raíces del Brexit, muy apoyado en el mundo rural y los cinturones industriales de Inglaterra. Londres, por ejemplo, votó a favor de permanecer en la UE y también lo hicieron los demás Reinos británicos. Por eso continuarán las tensiones.

En Escocia, la popular primera ministra, que ha reforzado su liderazgo en las elecciones del mes pasado, promueve un nuevo referéndum de independencia, que ahora ganaría y le permitiría volver a pedir el ingreso en la Unión Europea. Más complicado es el caso de Irlanda del Norte, donde, como ya hemos analizado aquí, el lado radical probritánico está en contra del acuerdo de salida de la UE, que obliga a tener una frontera comercial, aunque sea ligera, con la Gran Bretaña para evitar levantar una en el interior de Irlanda. El Partido Unionista que lo lidera sufre la compleja situación y esta semana ha elegido al tercer líder en quince días, tras la dimisión de los anteriores. El mapa refleja que el apoyo mayoritario del Ulster a permanecer en las instituciones europeas estuvo basado en las zonas más católicas. La opción de unirse a la República de Irlanda es ya mayoritaria allí.

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