En el libro recojo una frase del sociólogo inglés Barrington Moore: “no bourgeoisie, no democracy”. La democracia requiere la existencia de una fuerte clase media. Explico allí (capítulo 2, El poder del dinero) que la creciente necesidad de recaudar más impuestos para reforzar servicios sociales ante el aumento de la desigualdad está llevando a que el Estado presione a los  contribuyentes que están más a tiro. Las grandes fortunas disponen de instrumentos para irse librando, por lo que el apretón fiscal se ceba principalmente en las clases medias. que se van debilitando y dejando de cumplir su función moderadora.

Ocurrirá con las medidas del nuevo gobierno. La subida del impuesto sobre la renta, aunque se limite a tramos altos, y el aumento de otras cargas, como el IBI, afectarán a ciudadanos que juegan un papel importante en la fortaleza de la sociedad, a la que aportan tolerancia, dinamismo, capacidad de ahorro y de gasto.

El Estado necesita de más recursos para atender necesidades sociales y en el libro explico cómo disponer de ellos: poner límites a la competencia fiscal interior y exterior, iniciar un proceso de abandono del dinero efectivo, reducir gastos innecesarios… Eso exige imaginación, hacer cosas nuevas, y las burocracias políticas prefieren las fórmulas del pasado, piensan en corto plazo y en los impuestos más fáciles de recaudar. Así debilitan nuestra resistencia a los extremismos. Quizá tengamos suerte y los miembros laterales más sensatos de la mayoría que permite el gobierno de coalición (PSOE-UP) frenen algunos excesos.

Las derechas aprietan el corazón de patrias ultrajadas, las izquierdas los bolsillos de todos los que consiguen destacar algo. La pervivencia de recetas que solo empeoran la salud del país la lideran antiguallas populistas como Vox y Unidas Podemos, agentes principales de la radicalización de los demás grupos, fantasmas del pasado que no pueden entender el mundo en que vivimos.

La radicalización resultante es fácil de estimular desde las redes sociales. El proceso, que augura tiempos difíciles, centra gran parte de un libro que se basa en la defensa y expansión de la libertad y la solidaridad en una época en que la Humanidad se enfrenta a desafíos diferentes dentro de un entorno mucho más integrado y complejo, que requiere, entre otras cosas, una fuerte adaptación del modelo institucional básico: el Estado-nación. Las antiguallas políticas se resisten a que la sociedad cambie. En España estamos construyendo la versión propia de los peligros que acechan al ejercicio de la libertad en el siglo XXI.  

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