España, a través de una proposición no de ley del PSOE, se prepara para debatir la conveniencia de iniciar un proceso de retirada del dinero efectivo (entrada 14/06). Como era de esperar, la Comisión Europea se apresuró a recordarnos la legislación aplicable que obliga al comercio minorista a aceptar el pago en billetes y monedas.

Ya he comentado (10/06) que la aceptación obligatoria del metálico es una grave carga que imponen al comercio tradicional, porque todos esos que nos sermonean desde Bruselas no tienen narices de obligar a Amazon a hacer lo mismo. Encerrados en sus jaulas de oro lejos de la vida real, se limitan a allanarle el camino al comercio on line para que siga destruyendo empresas y desertizando el centro de las ciudades.

Esa Europa del norte que tanto miedo tiene, probablemente justificado, a que no cumplamos nuestros grandes compromisos de deuda, debería aplaudir con entusiasmo que España, con un grave problema de economía sumergida, se atreviera a valorar el sistema más eficaz de eliminarla y poder pagar lo que pedimos prestado . Luego no nos vengan con exigencias.

La solución más adecuada a los problemas de la crisis esta vez viene del sur. Abran sus mentes a algunas ventajas que depara el futuro en que entramos y, si hay que cambiar las normas, háganlo antes de que causen más daño. No tiene sentido que quieran obligarnos a reducir más adelante la deuda y no nos permitan poner los medios para ello 

Peor es lo del BCE, su actitud sobre los billetes sería patética si no fuera muy cínica. Alegan que el papel moneda es imprescindible para los más desfavorecidos, son muy compasivos. Ya he dado aquí alguna idea de cómo se podría hacer una transición hacia una economía sin efectivo sin perjudicar a esta parte de la sociedad (07/04) y tengo algunas más, algo más técnicas. Pueden preguntarme, si esa es su preocupación y no una simple cortina de humo.

¡Emiten billetes de 100 o 200 euros para proteger a los que viven en la miseria! Parecería un chiste si no fuera algo muy serio. Ni siquiera han retirado los de 500, se han limitado a dejar de imprimirlos. Billetes, que de forma consciente crearon para ganar “cuota de mercado” y desplazar algo al dólar en los negocios de pago asociados a actividades que Vds. se aferran en proteger: tráfico de drogas y de personas (incluida prostitución), mafias, atracadores, terroristas, políticos corruptos…A lo mejor piensan en esos clientes cuando hablan de desfavorecidos, quizá porque viven en pecado y se irán al infierno. Sobre la (no) ética de emitir billetes este blog ya se pronunció el 07/04.

Para el Banco Central Europeo los billetes son sólo un negocio y una esfera de poder. Alguien se los compra y no tienen que pagarle intereses, son créditos que les dan al 0%. Sentados en sus poltronas de Francfurt, cerca del Bundesbank, se dejan influir por un país (Alemania) adicto al papel moneda. Pero al que se podía convencer para cambiar (27/03) si realmente quisieran.

Parece que sólo buscan disculpas para dar la espalda a una modernidad menos contaminada por un pasado al que se aferran los monopolistas de un sistema de pago caduco. Los dibujos de grandes humoristas que acompañan este artículo ilustran bien lo que en realidad piensan. Encima el negocio va viento en popa, cada vez hay más delincuencia. Como explicaba a mis lectores el 01/04:

Probablemente ustedes piensan que los modernos sistemas de pago, que todos usamos cada vez más, están desplazando al efectivo. Es lo que constatan los comercios, por no hablar de los que operan sólo on-line que no admiten el pago en especie. Se equivocan, entre diciembre del 2017 y diciembre del 2019 ningún nuevo país se incorporó al euro y, sin embargo, el valor de los billetes en circulación de esta moneda pasó de 1,17 billones (de los nuestros) a 1,29, aumentó algo más del 10%. Bravo por nuestro BCE, cada día tiene más cuota de mercado en el mundo criminal que le rinde pleitesía. 

Es una pena esta deriva de colaborador necesario de la delincuencia y de la defraudación fiscal que sufre el BCE, una institución europea fundamental que está gestionando muy bien la política monetaria. Esa y la supervisión del sistema financiero deberían ser sus únicas preocupaciones.

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1 comentario

  1. ¡ Cáspita ! .
    En medio de tanta información/desinformación, amenazas y oportunidades, miedos y esperanzas, confusión en definitiva, me pregunto yo si las previsiones respecto al futuro del papel moneda no estará en el origen de la compra compulsiva y masiva que, del higiénico, se hizo al comienzo de la pandemia.
    El temor impulsa la toma de decisiones, aunque no siempre sean las más convenientes. O si.

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