La comunidad de los paños calientes con la hostelería está de fiesta porque se acabó el confinamiento y el Real Madrid ganó al Barça en el Camp Nou. No se van a cerrar los bares, como hacen París o Barcelona con mejores cifras en los principales indicadores de la pandemia. De toque de queda ni hablar, es una palabra fea. Aunque, como la epidemia vive una segunda ola descontrolada, prevén un cierre de la actividad entre las 12 de la noche (no las 9 como en Francia) y las 6 de la madrugada.

El decreto de alarma de hoy les obligará a aumentar ese período en una hora. El Gobierno, otra vez, ha tenido que aplicar el cierre nocturno a toda España para que ellos lo hagan más tranquilos y no se sientan discriminados. Lo previsto, salvo en Canarias, es que nadie ande por las calles de 11 pm a 6 am, pero dan a las CCAA un margen de una hora para ampliar ese confinamiento, si lo consideran oportuno. Los nacionalistas madrileños tienen más capacidad de influir que los vascos o catalanes porque trabajan desde un partido “de Estado”.

Recientemente un grupo de científicos enviaron una carta a la revista The Lancet pidiendo que se evaluara por qué en España el covid 19 era tan intenso. No hace falta buscar con microscopio las variantes del virus que nos afectan. Aquí nos cansamos de repetirlo, la razón es que andamos con miedo a dañar en exceso la actividad del turismo y la hostelería y al final es peor, también para esos sectores.

La política de medidas mínimas es propia de partidos muy conservadores. Trump, Johnson o Bolsonaro la defienden , aquí les sigue la presidenta de la Cofradía y la dirección del PP. Por eso están muy mal sus países, por eso España es el peor de la clase. No aislamos el gran foco inicial de la pandemia, hubo que esperar a hacerlo de forma general y luego permitimos desconfinamientos alegres. Este fin de semana muchos madrileños volverán a viajar por España, hasta ver si el lunes les afecta alguno de los micro confinamientos que plantea su gobierno regional.

La imagen que preside esta entrada ayuda a definir lo que nos pasa. Hace algunos años, la comunidad de Madrid se anunció en revistas internacionales muy influyentes en el ámbito de las empresas. Pero no presumía de dinamismo emprendedor, de liderazgo en sectores estratégicos o de centros de investigación de primer nivel, argumentos poderosos para captar inversiones, que es lo que buscan los países, regiones y ciudades que se anuncian en esos medios. La imagen que se transmitía era la de una ciudad para pasarlo bien en fin de año.

El exceso de fiesta nos está costando muy caro este año, la recuperación se demorará más de lo previsto. Ni siquiera creo que la política de paños calientes sea buena para el PP. En la nueva posición que busca ante los ojos de los españoles, más centrista, no debería sentirse cómodo promoviendo medidas similares a las aplicadas por personajes como los mencionados antes y, lo que es peor, está ayudando a que tengamos un numero alto de muertos, que, además, se concentran en el segmento de edad más proclive a votarles.

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