Apoyamos la manifestación de ayer en Madrid, que demandó acciones urgentes contra el calentamiento global, cuando el foco de la preservación del medio ambiente está apuntando a la capital de España con la Cumbre del Clima.

Un aspecto muy positivo de la movilización contra el cambio climático es que nos hace sentir como un colectivo liderado por los más jóvenes, que agrupa a la Humanidad y que trata de presionar para que se resuelvan problemas que nos afectan a todos. Somos muchos sobre la Tierra, consumimos demasiado y tenemos que cambiar. Debe ser un objetivo común que nos una por encima de razas, naciones y fronteras. En ese aspecto, conecta con los análisis y propuestas que desarrollo en el último y más largo capítulo de mi libro (Más allá del estado nación).

Pero no seamos demasiado optimistas. La “manifa” convocó a mucha gente, como cabría esperar en un día festivo y con una llamada que toca el corazón de muchos. La joven activista sueca, Greta Thunberg, no pudo incorporarse porque llegó algo tarde. Aun así hizo declaraciones y le tomaron fotos apoyando la protesta.

Es el momento de hacer algo más que manifestarse y jalear consignas. En la parte posterior de la foto de Greta que reproduzco se intuye la espectacular iluminación navideña de Madrid. Es posible que algunos de los manifestantes hayan ido hasta allí atraídos por la exhibición de luces y se hayan apuntado al acto sin más. Un poco de lucha ecologista, en medio de una fiesta del consumo, ayuda a aplacar la mala conciencia que provocan los excesos de gasto.

No sólo hay que manifestarse, hay que tomar medidas que, aunque sean simbólicas, demuestren que somos capaces de ir más allá de las palabras, en la línea de lo que se pide a los políticos. El día 13 es el ecoblackfriday, cuando no deberíamos encender la iluminación navideña, ni en casa ni en la calle, para reforzar el mensaje del acto de ayer.

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