Hace años, a los que iban de sobrados y presumían les decíamos de forma irónica: el mayor del mundo…y parte del extranjero. Le encajaría bien la broma a nuestra Comunidad Capital , les encanta considerarse referencia mundial. Cosa que se puede aplicar al Real Madrid, a lo mejor lo consideran un activo cultural. También tiene museos muy importantes, sobre todo Reina Sofía y el Prado, pero no son de los más visitados del mundo, figuran en los puestos 11 y 31, respectivamente, en esa clasificación, según información tomada de la Wikipedia.

Supongo que vendrá del propio gobierno regional la idea de ese anuncio que apareció el pasado fin de semana en la prensa, no creo que a una agencia de publicidad se le haya ocurrido tal exageración. Eso sólo surge en la cabeza de gente que se mueve en espacios cerrados y se jalea mutuamente. Creo que estar lejos del mar o de un río navegable no ayuda a cambiar esa mentalidad introspectiva y algo chulesca, bastante visible en Isabel Díaz Ayuso. Su actitud cuenta con respaldo ciudadano, una combinación que, como estamos viendo, crea problemas dentro de su propio partido.

Los creativos que se enfrentaron a materializar el mensaje de “EL MAYOR DESTINO CULTURAL DEL MUNDO”, apoyados en una oferta de bono para al turismo nacional de hasta 600 euros, tenían pocas opciones de monumentos para usar de fondo del anuncio. Recurrieron al que combina mucha dimensión con relativa antigüedad, el Monasterio del Escorial que mandó edificar Felipe II después de elegir Madrid como capital de su Imperio. No sé si es el monasterio más grande del mundo, pero sus 500.000 visitas al año, muchas realizadas por personas de la zona, no da para encabezar un ranking, ni siquiera nacional. A la Acrópolis, la Gran Muralla, la Torre Eiffel, la ópera de Sidney, el Coliseo, todos con bastante más de 5 millones de visitantes al año, se les pueden sumar cientos de monumentos de la Humanidad más populares que el gran edificio que diseñó Juan de Herrera. Dentro de la propia España los hay mucho más visitados. El primero, muy destacado, es la Sagrada Familia de Barcelona (4,5 millones de visitas en años normales), que podría figurar en un ranking mundial en torno al puesto número 10 y se trata de un monumento impulsado por la sociedad civil, no por el Estado, lo que le da un mérito especial.

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3 comentarios

  1. No hay que hacer mucho caso de frases que no pasan de ser expresión de un chauvinismo, eslogan o reclamo que no siempre coincide con la realidad publicitada. Nadie entiende que Coruña es una ciudad en la que nadie es forastero, que la lluvia es arte en Santiago o que Vigo es la ciudad con más luces de todo el mundo mundial. Creo que hay que ser tolerantes con estas cosas que a nadie perjudican y que cuando incurren en excesos laudatorios, o no, pueden incluso ser causa de broma.
    Ya se sabe que «si pequeña es la Patria, uno grande la sueña»…

    1. Soy tolerante con casi todo, pero no dejo de intento valorar lo que pasa con cierta perspectiva. Ese anuncio me alegró el día porque confirma muchos análisis previos. Representa bien el espíritu prepotente de una ciudad que está a años luz de París, Nueva York, Londres o Roma y tiene las santas narices de autoproclamarse «el mayor destino cultural del mundo». Existe un nacionalismo madrileño encastrado en el español, que les lleva a celebrar todo en plan imperio. Otra manifestación de ese cóctel tan nuestro es que la presidenta de la comunidad y el alcalde de la ciudad se pasen el día hablando de política nacional, en lugar de limitarse a lo suyo como hacen los demás políticos con competencias similares

      1. En cualquier caso es perfectamente perceptible tu buena disposición para enjuiciar todo lo que pueda atañer a Madrid y a quienes obstentan ahora mismo y en legislaturas anteriores la gestión tanto de la C.A. como de la capital.
        Queda claro que a la mayoría de los madrileños de nación y de aquellos que procedentes de distintos lugares de España y del mundo alli viven y votan hay que «reconducirles» a las buenas prácticas del gusto de quienes no logran el respaldo en las urnas.

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