Hay nerviosismo en Facebook, ante las intenciones de Elizabeth Warren, senadora y aspirante a candidata demócrata en las presidenciales del próximo año, de dividir la compañía en tantas empresas como redes sociales tiene. Prometen una larga batalla legal si la intención llega a materializarse.

La acción propuesta supondría retroceder las compras de Instagram y WhatsApp y volver a convertirlas en compañías independientes. Es una propuesta similar a la que hacía en este blog hace unos días y que tuvo repercusión.

Debemos evitar las situaciones de dominio en Internet y que se formen monopolios en un espacio donde fluyen cantidades ingentes de información. Derechos básicos, como la libertad de expresión, pueden verse condicionados por las ambiciones y los intereses económicos de los grandes capos de la red de redes. Tienen capacidad financiera para comprar cualquier alternativa nueva que pretenda hacerles la competencia y abrir un espacio que permita a los usuarios elegir entre varios proveedores.

A nadie le gusta competir si puede aplastar. Pero es esencial que se mantengan altos niveles de lucha comercial para que el mundo de servicios en Internet no se convierta en un espacio dominado por unos pocos que puedan jugar con derechos fundamentales. Las autoridades de competencia no tolerarían que Coca Cola comprara Pepsi Cola, pero hasta ahora les parecía aceptable que Facebook comprara WhatsApp. Siempre lo consideré un grave error que nos ponía en peligro.

Bienvenida la senadora Warren al espacio de los que defendemos las libertades frente a los monopolistas, que además, en este caso, han demostrado ya afición a las prácticas marrulleras para alterar procesos electorales a favor de quien más pague.

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