Foto de septiembre de 1965 en lo alto de Nelson Pilar, una gran columna situada en el centro de la principal calle de Dublín, O´Connell Street. Se subía por una estrecha escalera y, desde lo alto, había una espléndida vista de la ciudad. Una perspectiva que ya no se puede contemplar. El monumento al almirante inglés, situado en el corazón del Eire, fue dinamitado por el IRA, de madrugada, seis meses después de esa foto. No hubo víctimas, lo que quedó en pie fue derribado poco después.

Yo vivía entonces en la casa de una familia irlandesa, los Woulfe, buena gente, originaria de Kerry y de tendencia nacionalista. En invierno hablaban entre ellos en gaélico, en verano usaban el inglés porque siempre acogían, para completar los ingresos del padre de familia (cinco hijos, la mayor ya era monja), a algunos estudiantes extranjeros que venían a aprender el idioma de los antiguos ocupantes de toda la isla.

Fue precisamente Thomas Woulfe, funcionario de prisiones que iba en bicicleta al trabajo, el que me pronosticó que volvería el IRA, que no operaba desde la guerra de independencia, porque muchos irlandeses no admitían la partición de su país impuesta por los británicos en el tratado de paz de 1920, que dio pie a la República de Irlanda. El Ulster quedó fuera, allí se concentró la mayor  parte de  la población de religión protestante.

La voladura del Nelson Pilar en marzo de 1966 marcó el regreso del IRA a la lucha armada, pronosticado por Mr. Woulfe. Se abrieron así tres décadas de terrorismo que causaron muchas desgracias. La violencia cesó tras el Acuerdo del Viernes Santo de 1998, que fue aprobado en referéndum en las dos partes de la isla  y acatado por los paramilitares protestantes y el IRA Provisional, la rama más importante de esta organización. Un Acuerdo que deja en manos de los habitantes de Irlanda una posible reunificación.

Las elecciones del anterior fin de semana en el Eire han supuesto el despegue del Sin Fèin, el partido nacionalista creado en 1905 que rechaza la división de Irlanda y que ha sido el ”brazo político” del IRA Provisional. En la nueva situación ha influido mucho el voto joven y el creciente rechazo de los votantes hacia las dos formaciones (Fine Gael y Fiana Fàil) que se han repartido históricamente el poder. A pesar del progreso económico de la República de Irlanda, que incluso ha superado al Reino Desunido en renta per cápita, los votantes parecen pensar que esos partidos han olvidado en exceso los problemas sociales.

El Sinn Fèin tiene ahora una representación importante en el parlamento del Eire y está dirigido por gente joven, desconectada del terrorismo de los años de plomo. Liderado por Mary Lou McDonald aspira a entrar en el gobierno e incluso a encabezarlo. El Sinn Fèin  participa en el sistema de poder compartido del Ulster, donde tiene varios ministerios y cuenta también con 7 diputados en Westminster.

Irlanda entra en un año decisivo para la salida del Reino Desunido de la UE, que debería evitar la creación de una frontera comercial entre las dos partes de la isla. El partido en alza, el que tiene representación en los dos lados de esa frontera, el Sinn Féin, ya pide un referéndum de reunificación, animado por la derrota que los partidarios del Brexit cosecharon en Irlanda del Norte en el referéndum de 2016. En los próximos meses vamos a ver bastantes idas y venidos en la complicada vida política irlandesa, pero pienso que Mr. Woulfe estaría contento.

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