El día 1 de julio, el PC chino celebra los 100 años de su fundación. En febrero del 2020, se cumplió el centenario del partido nazi alemán. Nacieron en el mismo tiempo convulso que siguió a la primera guerra mundial y responden a ideas conectadas entre sí. El fascismo chino, que también es racista y si no que se lo pregunten a uigures o tibetanos, tiene más sentido estratégico y es hoy el peor enemigo de la libertad y los derechos humanos.

El año pasado, también el primer día de julio -son muy cuidadosos con las fechas porque también se celebra el aniversario de la devolución de Hong Kong-, se puso en marcha la apisonadora de Pekín en la excolonia británica, que mantiene en la cárcel, pendiente de juicio, Jimmy Lai. El hombre, nacido en el seno de una familia acomodada en Cantón (Guangzhou) unos meses antes de que Mao Tse Tung tomara el poder, vio como la nueva situación política acababa con los recursos de su casa y los Lai caían en la miseria. A los 12 años se subió a un barco a Hong Kong, donde encontró trabajo en una empresa de ropa barata, llegó a jefe de fábrica y montó su propia cadena de moda. Convertido en empresario de éxito, empezó a atacar al PC chino a raíz de la matanza de Tiananmen en el 89. Poco después, llamó al entonces primer ministro comunista, Li Peng: “huevo de tortuga (bastardo) con cero coeficiente intelectual”. Mal negocio, le cerraron las tiendas que tenía en el continente.

Como es peleón, entró con éxito en el negocio de la comunicación, desde Hong Kong y Taiwan. Esto último molestó especialmente a Pekín. Desde que el gobierno central se hizo cargo del enclave, hace 24 años, su periódico, Apple Daily, se convirtió en plataforma de libertad de expresión y apoyo a protestas populares. La última fue en julio del 2019, dirigida contra la ley de extradición destinada a mandar al continente, sin más, a los revoltosos. Pocos meses después, empezó a circular el covid 19 y un año después, en pleno despiste general (entrada 5/7/20), llegó el apriete de tuerca definitivo: la Ley de Seguridad Nacional de Hong Kong. ¿Casualidad?

El tiempo de las libertades se acaba en la ciudad que debería ser ejemplo de lo que los comunistas prometieron al absorberla: “un país, dos sistemas”.  La frase iba dirigida a dar tranquilidad también a la antigua isla Formosa, que desean ocupar. Pero, aunque presumen de paciencia, carecen de ella si tienen que aguantar críticas. No están acostumbrados. Dos son demasiados sistemas para ellos, sólo entienden el suyo, el gran aparato de poder que dominan. ¿Para qué debatir si pueden aplastar?

El Apple Daily ha sido cerrado y Jimmy Lai está encarcelado por el delito de colaborar con potencias extranjeras. Tiene 73 años y seguirá peleando, aunque es posible que acabe su vida en la cárcel. Me temo que aprovechen la próxima pandemia, que también puede venir de allí, para invadir Taiwan (entrada 4/1/21).

Debemos congratularnos de que los principales países democráticos, reunidos en Cornualles hace unos días, lo tengan cada vez más claro y piensen en debilitar la prepotencia por vía pacífica, limitando el acceso de China a acuerdos comerciales generalizados y tecnologías punta.   

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