El pasado día 3, un dron de los EEUU eliminaba al hombre fuerte del ejército iraní, el General Soleimani. No soy de los que llora la pérdida de un individuo cruel y peligroso, como tampoco lamenté la caída de Sadam Husein, el sátrapa que gobernaba Irak hasta el 2003. Pero, ante el hecho, pienso que Sir Winston Churchill, si viviera hoy, probablemente hubiera empleado una de sus frases más cínicas: es algo peor que un crimen, es un error.

Dos presidentes republicanos, niños ricos y consentidos (G.W. Bush al menos no era gordo), apelaron a la ley de la fuerza para castigar una zona del mundo que ya tiene bastantes problemas sin necesidad de añadirle tensiones. Las limitaciones de ambos, además de la euforia que produce disponer de mucho poder, radican en la falta de cultura adecuada para lidiar problemas complejos. No parecen entender que el asesinato ordenado por Trump -como la intervención en Irak que promovió Bush- va a complicar mucho la vida en el corazón del Oriente Medio, incluida la de las tropas americanas en la zona y la de sus aliados.

Sería bueno que tuvieran algo más de perspectiva, que leyeran, por ejemplo, lo que pensaba el Adriano de las magníficas memorias que escribió Marguerite Yourcenar. Su estrategia final con los pueblos de Mesopotamia y alrededores consistía en negociar con ellos todo el rato. Como el personaje explica. les gusta, está dentro de su cultura y los mantiene ocupados. Mientras se pelean entre sí y no dan mucho la lata a los demás. Lo que no le parecía prudente al gran emperador romano era el ataque directo, porque tienden a sobreactuar y no quería crearle un avispero a sus legiones en los confines de un Imperio al que hizo prosperar desde la paz.

A la falta de sentidiño (1) para lidiar con situaciones complejas, ambos Presidentes añaden el gusto por el estilo de vida tejano. Tejas, conquistada por las armas a Méjico (1836), donde ahora se construye una gigantesca valla en la frontera sur (a 25 millones de dólares la milla y no la van a pagar los mejicanos) para que no le invada su pasado, es un Estado adicto al petróleo y a las armas. Se van a forrar las petroleras con la subida del precio del crudo que ha provocado el ataque a Irán, y los fabricantes de armas, con los previsibles aumentos del gasto en defensa en todas partes. Habrá más dinero para la campaña presidencial de Trump en este 2020.

Europa tiene más tradición negociadora, al menos desde el fin de la era colonial, ayudada por su mayor proximidad a Oriente Medio, por contar con muchos inmigrantes de religión musulmana  y por disponer de menos recursos militares. Su problema es el amigo americano y su irrefrenable gusto por desenfundar la pistola. Una consecuencia del ataque al general Soleimani es que su gobierno se ha retirado del tratado de desnuclearización de Irán, ya denunciado por Trump en el 2018,  pero que la UE aún mantenía en pie. No obstante, parece que Irán seguirá sometiéndose a la supervisión de sus instalaciones nucleares por la Agencia Internacional de la Energía, menos mal.

La principal potencia del planeta está demasiado sometida al dinero y a los lobbies asociados a él. Como explico en el libro, es un país cada vez menos inclusivo y más dividido. Ahora cuenta con un presidente que profundiza en esas debilidades y da alas a autócratas profesionales o vocacionales –Xi Jinping, Putin, Erdogan- y también oxígeno, en el caso de Putin por los mayores ingresos que obtendrá del petróleo. Todos ellos con creciente influencia en la conflictiva región entre Europa y Asia. En su fuero interno, Trump entiende mejor y se siente más próximo a estos dirigentes que a sus aliados europeos. El mundo continúa complicándose y va a seguir muriendo demasiada gente.

(1) Sentidiño es usado en Galicia con connotaciones relativas a la prudencia y a la reflexión y ha sido elegida palabra destacada del 2019 por la Real Academia Galega  

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