El uso de artículo delante de Coruña muestra la ilimitada capacidad que tenemos para dar batalla sobre cualquier cosa, además de una falta de ortografía impropia de gente culta. El panel de ejemplos que ilustra esta entrada indica que alguna gente normal tiende a actuar con “sentidiño”.

Es mucho más habitual en gallego y en portugués que en castellano poner artículo delante de un topónimo. Muchas veces se contrae con la preposición que lo precede. En gallego siempre se dijo vengo “da Coruña” o voy “á Coruña”. Un determinante que se contrae con las preposiciones no forma parte del nombre.

Es el caso de Oporto, que en portugués es Porto. Los españoles que iban por allí escuchaban que la gente estaba “no Porto” o se acercaba “ao Porto” y pensaron que el artículo formaba parte del nombre de la ciudad. Error fácil de cometer desde un idioma que tiene menos hábito de usar el determinado delante de los topónimos. Si Portugal fuera parte de la España que quiere ser uniforme no llegaría con lo de Oporto, tendríamos una pelea para que se llamara El Porto o, aún mejor, El Puerto.

Coruña  fue el topónimo usado siempre, hasta que los más aficionados a castellanizar nuestra forma de hablar empezaron a colocar el artículo determinado porque oían que se usaba en gallego. Quizá había también un toque de elegante afrancesamiento, La Corogne es el nombre en francés por el mismo error. Reproduzco un documento mercantil, sellado en los juzgados de Coruña a principios del XX y procedente de los libros de una empresa familiar, que emplea el topónimo a secas, también en el sello de caucho. En la Castilla profunda, al sur de Burgos, hay una pequeña villa que se llama Coruña del Conde y a nadie se le ocurre añadirle florituras.

El caso de Ferrol muestra el camino a seguir: suprimir el artículo innecesario y todos contentos. Allí fueron listos y aprovecharon el cambio del nombre con que los bautizaron en tiempos de Franco, El Ferrol del Caudillo, para sacarse todas las adherencias. El artículo no era un añadido de la dictadura, venía de tiempos de castellanización sin matices, como en su ciudad vecina. A continuación, reproduzco publicidad de un banco coruñés en la revista Alfar hace cien años, cuando el ferrolano Francisco Franco pegaba tiros en Marruecos y todavía no bautizaba ciudades. Comprueben que ya era El Ferrol entonces. Ahora, nadie comete ese terrible error gramatical. .

El camino seguido por Ferrol es el que hay que recorrer en Coruña. Es muy fácil y ya hay precedentes, además la economía es una de las virtudes del buen lenguaje. No hagan perder el tiempo escribiendo y pronunciando cosas innecesarias. Pero les va la marcha, a los españolistas el La porque reivindica su visión y a los galleguistas el A por llevarles la contraria.

Estamos ante un gran ejemplo de las dificultades que tenemos para ponernos de acuerdo en cualquier cosa con mínima relevancia  política. Nos quieren obligar a hablar mal y largo, no tienen piedad. Menos mal que la sociedad civil, de forma espontánea, va eligiendo el camino  correcto, como en la campaña de publicidad de nuestra reconocida cerveza que ahora empapela algunas paradas de autobús.

Pido a los políticos que se dejen contagiar de la sensatez popular y de los estrategas de la comunicación publicitaria para eliminar una inútil y costosa confrontación. La Diputación ya ha elegido la línea correcta.. Aprovecha la capacidad del gallego de contraer artículo y preposición para evitar usarlo separado.

Falta menos para cerrar una larga etapa de confrontación innecesaria, sobre la que, incluso, hubo de pronunciarse el Supremo, como recoge ese titular de un periódico local el 7/10/2000, cuando gobernaba un alcalde muy centralista. Vivimos en un país que pierde demasiado tiempo y dinero en conflictos inventados.

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