La democracia se desarrolla en entornos de economía de mercado con un nivel aceptable de competencia. Cuando no se combaten prácticas restrictivas, como el excesivo dominio del mercado o los acuerdos entre competidores para repartírselo, tiende a producirse una acumulación de recursos en pocas manos, un crecimiento del “poder del dinero” que acaba por contaminar …
Seguir leyendo «La democracia necesita un mercado competitivo, deberes para Bruselas»