Podría haber titulado que era Cataluña la que empujaba. Lo es desde el punto de vista institucional, pero me interesa resaltar que, debajo de las tensiones descentralizadoras, hay también un Real Madrid-Barça político. Madrid, la mayor ciudad europea alejada de la costa o de un río navegable, lidera el centro sur, que aspira a una España uniforme y practica el nacionalismo absorbente. Barcelona se puede considerar la capital del Mediterráneo Occidental, como Estambul lo es del Oriental. Dos grandes ciudades que no son cabeza de Estado. El mar del que surgió la civilización europea es un espacio dinámico empujado por el comercio. Barcelona encabeza el nacionalismo disolvente, arraigado en la periferia norte y también proclive a radicalizarse.

Hace unos días (“El centro sur se calienta demasiado”) me refería a la tensión que vive la política española. Aunque tienda a aumentarla, me parece bueno el acuerdo entre el Gobierno y los partidos catalanes de ceder la recaudación de impuestos a Cataluña. Costará llevarlo adelante, es complejo y se enfrenta a la oposición frontal de muchos, pero va en la dirección de federalizar España, para ser más eficaces y hacer más fuerte nuestra democracia, porque refuerza el reconocimiento y la protección de la diversidad. Los uniformistas tienden a recalar en el fascismo, a gusto con la patria simple y los uniformes. La persecución de inmigrantes norteafricanos que ha tenido lugar en Torre Pacheco es un ejemplo del nivel de violencia a donde puede llevar la simpleza mental. Murcia es la provincia donde Vox obtuvo mejores resultados, 21,81% del voto, en las últimas elecciones generales. En las que lo hizo peor y no llegó al 8% son, de menos a más: Guipúzcoa, Vizcaya, Álava, Lugo, Pontevedra, Ourense, Coruña, Navarra, Lleida, Girona y Barcelona. La diversidad es un antídoto contra el fascismo, por eso la persiguen con dureza Abascal, Trump, Putin o Netanyahu.

La federalización de los más grandes países europeos es también deseable para la unidad continental, los Estados muy centralistas son más celosos de la soberanía. A Francia le vendría muy bien para mejorar su sector público, debería pensárselo dado el nivel de déficit que ha alcanzado su ineficiente Administración muy centralizada, modelo que aquí gusta mucho en las mesetas.

Nuestra Constitución habla de nacionalidades históricas e incluye el cupo vasco, un precedente de autogestión fiscal, que debería extenderse. Lo intenta el acuerdo entre el Gobierno, las fuerzas catalanas y la propia Generalitat, presidida por un socialista que araña votos nacionalistas. Algo que no consiguen el PP o Vox, con posiciones al gusto de la capital y territorios fieles. En su misma línea caminan grandes cuerpos funcionariales, como los de la Hacienda Pública que no quieren perder competencias. El caso Montoro, ahora de actualidad, refleja los peligros de concentrar en el centro el poder de este organismo.

La descentralización fiscal dotaría a España de un sistema más federal, porque lo acordado con Cataluña es extensible a las demás CCAA. Las haciendas autónomas que ejerzan la capacidad de recaudar pagarán un cupo para cubrir los servicios que el Estado siga prestando para todos y una cuota de solidaridad para financiar servicios transferidos, que cobrarán las regiones sin capacidad de sostenerlos con sus medios. Hacienda seguirá coordinando la lucha contra el fraude y los sistemas de cálculo de cupo y cuota han de ser transparentes y actualizables según la evolución de las variables que los configuran. Por su parte, es bueno que las comunidades supervisen a la Administración Central, una función que debería reservarse al Senado, para que los servicios que allí permanezcan, como defensa o relaciones exteriores, sean bien gestionados y reducidos cuando aumenten las competencias cedidas a la UE o a las autonomías.

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3 comentarios

  1. Me parece fantástico que un Gallego vea tan claro que la mejor solución para todas las regiones Españolas es la federalizacion real del país.
    A ver cómo consigues que el congreso Gallego apoye el acuerdo catalán y lo pida para Galicia.
    Es curioso que en España, incluso en Catalunya tengo comprobado que mucha gente piensa que el tener autonomía en el gasto ya hace que España sea federal.
    Siempre pongo el ejemplo de que somos como el ama de casa que su marido le daba x € para la compra diaria y ya se sentía libre porque tenía posibilidad de comprar carne o pescado…

  2. Estoy seguro ye cuando Catalunya consiga ser federal la mayoría de autonomías de la periferia, empezando por Andalucía y Galicia, se apuntarán como lo más natural del mundo

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