Nos lo recordaba anteayer Svetlana Alexsiévich, la única periodista de profesión que ha recibido el novel de literatura, en un manifiesto que firmaba junto al presidente de los periodistas de Bielorrusia y el secretario general de Reporteros sin Fronteras. Denuncian la persecución contra informadores independientes que ha desatado el presidente Lukashenko y piden al pueblo bielorruso que proteja y acoja a los represaliados.

Durante la jornada anterior encontraron, junto a una vía de ferrocarril en el Estado de Veracruz, el cadáver del reportero mejicano Julio Valdivia, que ganaba un salario de miseria por cubrir información policial. Había sido torturado y decapitado. Presuntamente por la policía, que pretendió hacer creer que era consecuencia de un atropello del tren. En México hay demasiada conexión entre policía, narcotraficantes y poder político, corrupción por medio. Es el país en que mueren más periodistas sin estar en guerra.

La víspera, huyeron de Hong Kong dos corresponsales australianos por temor a ser detenidos. Las autoridades chinas están muy atareadas en suprimir el estado especial de esta ciudad, pactado cuando los británicos les devolvieron la soberanía sobre ella. Una de las cosas que le dan pavor al gobierno fascista de Pekín es que la gente pueda recibir información que ellos no controlan.

Un día antes, un tribunal saudí rebajaba sustancialmente la pena a los asesinos del periodista crítico Jamal Kasshoggi, descuartizado y desaparecido hace dos años en Estambul. Parece que fue el príncipe heredero de aquella monarquía feudal el que inspiró el crimen.

La semana anterior, empezó en París el juicio por el atentado de enero de 2015 contra la revista satírica Charly Hebdo (entrada del 3/9). A unos fanáticos no les gustó que publicaran caricaturas de Mahoma y entraron en la redacción disparando. Mataron a 12 personas e hirieron a 11.

Podría seguir con las intoxicaciones que realizan los políticos (Trump es un gran ejemplo), las leyes contra la blasfemia, las manipulaciones de las grandes corporaciones de internet y de los servicios secretos… Las noticias de amenazas a la libertad de expresión e información aumentan porque son la base de las demás libertades y resultan muy enojosas a los que mandan y no quieren ser desmentidos ni contestados. Su incremento es paralelo al ascenso de líderes nacionalistas y populistas que se viene produciendo.

Este blog no se cansará de denunciarlo. El libro en que se basa dedica un capítulo a defender la libertad de expresión. Los que hemos pasado gran parte de la juventud queriendo enterarnos de lo que ocurría, dentro de un Régimen con censura, quizá tengamos una mayor sensibilidad en este campo.

Una de las técnicas para ocultar lo que pasa es considerarlo como un simple agregado de hechos aislados que se van olvidando sin darles más trascendencia. Hay que resistirse al adormecimiento, proteger la libertad de expresión y, especialmente, a los que se juegan la vida por informarnos de los abusos de los poderosos.

En la nota que mencionaba en el primer párrafo, sobre la crítica situación de Bielorrusia, se cita una intervención de Victor Hugo ante la Asamblea Francesa en 1848, durante el debate sobre un estado de sitio que recortaba derechos: “El principio de libertad de prensa no es menos esencial, ni menos sagrado que el sufragio universal. Son los dos lados del mismo hecho…”

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