La economía española supera previsiones, pronostiqué aquí que lo haría. Las supera porque parte del crecimiento es ficticio, se debe al mayor uso de los sistemas de pago electrónicos que saca a la luz parte de la economía sumergida. España es de los países europeos más bancarizados, casi todo el mundo tiene una tarjeta de pago y es natural que los sistemas modernos desplacen tecnologías de otros tiempos. El proceso se aceleró hace 5 años para evitar contagios de covid 19. Eso obliga a autónomos, pymes y grandes empresas, que aún tengan contabilidad B, a declarar más facturación. Los economistas trabajan con cifras oficiales y toman ese afloramiento como crecimiento, por eso no paran de quedarse cortos, el ministerio de Economía acaba de corregir al alza su previsión para este año.

Crecemos sí, pero menos de lo que parece. El proceso de legalización de parte de la economía informal pone de relieve las grandes ventajas de ir eliminando restos del pasado. El crecimiento viene acompañado de más recaudación fiscal, queda menos espacio para que algunos eviten parte de su carga tributaria y ésta se reparte mejor. También aumenta el empleo, porque entra luz en espacios oscuros, lo que beneficia más a las mujeres, según indican los datos. Ellas tienen más presencia en la extendida economía informal de sectores como limpieza, cuidados y hostelería. Menos mal que los consumidores las van ayudando a tener un trabajo con cobertura de la Seguridad Social, sobre todo los chavales que, agarrados a sus móviles, ignoran el papel moneda, salvo para comprar alguna droga.

Además de ayudar a la disminución de la actividad oculta, con las ventajas que he resaltado, los medios modernos de pago son más eficientes y ayudan a las empresas a reducir costes y a disminuir riesgos de robos e infidelidades de empleados. Es lástima que el BCE no saque las conclusiones adecuadas y apueste por la desaparición del efectivo, pero vive muy bien con los beneficios que le proporciona, aunque en su mayoría procedan de delincuentes (incluidos políticos corruptos), terroristas y evasores fiscales.

El gobierno presume de un crecimiento económico que, por lo expuesto antes, no es tanto como dicen. La oposición tampoco parece enterarse y, con todo lo que critica, no entra a matizar estas cifras. Me temo que debe seguir habiendo financiación en B a partidos políticos.

Lo que es menos positivo de las cifras macroeconómicas es el lento crecimiento de la inversión empresarial, a pesar de la bajada de los tipos de interés. Hay otro factor, muy nuestro, que ayuda a explicar la escasa inversión. Tenemos malos hábitos de pago, apoyados por grandes empresas, que controlan CEOE y, desde allí, indirectamente, Cepyme, y por los bancos que se sienten cómodos financiando pasivo circulante de sus clientes.

Los españoles estamos saliendo, sin ayudas de ningún poder público, de algunas de las trampas que el dinero efectivo permite y que nos perjudican mucho, pero vamos a necesitar ayuda externa para terminar con plazos de pago escandalosos que mantienen apretadas a gran parte de las pymes. Muchas compañías no pueden invertir porque están prisioneras de las deudas de grandes clientes. Empresas cotizadas en bolsa, sobre todo del sector de la construcción, superan los 250 días de plazo medio de pago, a pesar de que la legislación en vigor prohíbe pagar a más de 60. Pero no incluye sanciones, lo que anima a no cumplir.

Afortunadamente, nos puede llegar de fuera la solución a este gravísimo problema estructural, que no se toca en debates públicos porque no interesa a gente muy poderosa y, a la vez, muy morosa. La Comisión Europea tiene en fase final de tramitación un Reglamento, ya aprobado por el Parlamento de Estrasburgo, que prohibirá pagar a más de 30 días y entrará en vigor automáticamente en toda la UE en cuanto se apruebe. A pesar de las fuertes presiones de grandes morrosos, es probable que eso ocurra antes de fin de año. Si es así, el conjunto de las empresas españolas invertirá más e impulsará el crecimiento y la investigación privada en sectores estratégicos.

Es una pena que tenga que ser un blog periférico el que explique hábitos de los españoles que empujan o frenan el crecimiento productivo. La inercia y la manipulación de la información, controlada por grandes poderes, hace que ignoremos cosas importantes que deberíamos conocer y debatir. Es el mayor de los graves problemas de la sociedad actual, no sólo aquí.

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