En su momento, este blog (12/3 y 28/3) definió la capital como nuestro Wuhan, que deberíamos haber cerrado pronto. Se hubieran evitado acciones drásticas en otros sitios, como pasó en China.

Nuestro problema es que aplicar medidas de confinamiento específicas para Madrid resulta difícil, allí residen los órganos que tienen que decidirlas y la dialéctica gobierno-oposición, entra en juego al ser ésta la que gobierna en la CCAA y el ayuntamiento de Madrid. Hay un problema adicional, que no concurre en Wuhan y ahonda en la necesidad de ser serios con lo que se hace en la principal ciudad del país: está muy bien comunicada y lo que allí pasa se difunde rápido.

En marzo esperamos demasiado y hubo que confinar toda España, quizá aún se pueda evitar ahora. Hay que tomar “medidas drásticas” en Madrid como ha adelantado el Ministerio de Sanidad, que deberían incluir el control por la policía de estaciones, aeropuertos y carreteras, para evitar salidas no justificadas. Si no lo hace la Comunidad, que se ha mostrado poco eficaz en todo este período, deberá hacerlo el Estado.

La medida podría extenderse a otras localidades o zonas, como ya se viene haciendo por las propias CCAA. La del centro es el principal foco de infección y se muestra reticente a ponerse dura, por eso somos el peor país de la UE en el combate contra el covid-19.

Únete a la conversación

3 comentarios

  1. ¿ E si os dous partidos que adoptaron as decisions políticas relevantes durante os últimos 45 anos están de acordo co modelo no que “a economía de Madrid” debe ser “a economía de España”?. No mundo anunciado de Cidades Globáis, ninguén duda que os Gobernos Españoles (PP, PSOE) apostaron por un modelo centralizado na ordenación territorial tanto no infraestructural (sistemas de movilidade e transporte en tódalas variantes), como na concentracion demográfica (a creacion dunha única polaridade/cidade global do Estado) ou na concentracion do poder económico. Cabería preguntarse sobre a pertinencia da continuidade deste modelo tantas veces denunciado, por unha parte, como falsificador do “libre mercado” que dí preconizar, e por outra como demoledor e encubridor da complexidade sobre a que se pretende impoñer.
    ¿Non abonda coa falla de resiliencia evidenciada ante o reto do CV19 no político, no sanitario, no económico e no social?. ¿Esperamos a que os inevitables conflictos sociáis xustifiquen, unha vez mais, a emerxencia mais ou menos violenta dos partidarios de adopcion de decisions uniformizadoras que negando a variedade e a complexidade, servan de coartada para propiciar unha volta atrás cara o reforzamento do tantas veces fracasado modelo centralizado e a eliminacion incluso do que só conlevóu unha simple descentralizacion administrativa nas nacionalidades e rexions ? .

    1. No fondo, a ningún deles gústalle tomar medidas duras en Madrid. Tenden a confundir os intereses do conxunto cos da capital

  2. Me llama la atención que cuando se trata de libertades, y concretamente de la gestion de la pandemia dentro del marco de las mismas, se abunde tanto en expresiones como: «medidas drasticas», «control por la policía», «ponerse dura», «emerxencia mais uo menos violenta», «modelo falsificador del libre mercado», «decisions uniformizadoras»…
    No aprovechemos que el Pisuerga…, para plantear otros problemas, reales o imaginarios. Se trata ahora de gestionar uno prioritario, asumiendo (de verdad y no con «propaganda») cada quien la respondabilidad que le corresponde. Durante el estado de alarma, el «mando único» que se arrogó el Gobierno Central, se ejerció, simultanesmente, haci
    endo dejación, uso y abuso y del mismo, de forma lamentable. Ahora, entre otras, su función debería consistir en coordinar a nivel del Estado las que le corresponden al resto de las administraciones, haciendo lo preciso para remover los obstáculos susceptibles de impedir o condicionar el desarrollo de las mismas. No se trata de invadir competencias sino de favorecer su práctica efectiva y el logro de sinergias en beneficio del conjunto de España. Ese es el objetivo prioritario y no debemos distraernos con otros menores o, cuando menos, inoportunos.

Dejar un comentario

Responder a Enrique Sáez Ponte Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *