Nuestro BCE anunciaba el lunes que va a rediseñar los billetes de euros que produce, al parecer hay que dar trabajo a los aparatos bien retribuidos que se dedican a ello. Ha sido un día feliz para los grandes clientes de este medio de pago producido por una entidad pública que existe por decisión nuestra y que gestiona recursos de todos. ¿Quiénes son esos clientes que el martes brindaban con champán porque antes estaban preocupados y ahora saben que su sistema de pago va a durar mucho?: las mafias, los traficantes de personas que nos llegan de África y Oriente Medio, los contrabandistas de drogas y armas, los terroristas, los políticos corruptos, los grandes capos del atraco, los estafadores y, por supuesto, los evasores fiscales.

Llevo tiempo observando las formas en que cambia de manos el dinero que mueve el planeta oscuro de los delincuentes y la economía informal. No podrían funcionar sin billetes. Por eso, y porque son el medio de pago más costoso de tratamiento para la economía legal, los países nórdicos están tomando medidas para eliminarlos. Entorpecen el funcionamiento y la calidad de vida de las sociedades del siglo XXI y ya no son imprescindibles, hay alternativas más eficaces y acordes con la tecnología actual.

Si, como consecuencia de hábitos que consideramos inalterables, tienen dudas sobre a quién ayuda nuestro banco central, lean con detenimiento los medios. El mismo día en que Christine Lagarde aparecía en ellos anunciando que su entidad iba a emitir papeles más bonitos para que funcionaran las cloacas, las policías españolas seguían con su trabajo de limpiarlas, mucho del cual pasa desapercibido. Me quedo con dos pequeños sueltos del periódico de esa fecha.

Uno recoge el desmantelamiento de una organización de tráfico de hachís que operaba en la zona del Estrecho. Se les requisaron 5,7 tm de la droga, 17.250 cajetillas de tabaco, coches, un dron y, lo único imprescindible para funcionar, un montón de billetes: 268.000 euros. No siempre se recoge este dato, el único elemento común de todos los delitos de tráfico, quizá por eso se considera que no es interesante.

La otra noticia era sobre una estafa sufrida por un ciudadano de Vilagarcía. Le sustrajeron 10.170 euros de su cuenta con una técnica conocida como SIM swapping, mediante la cual una organización especializada se hace primero con el número de cuenta y las claves del que se deja engañar por los que simulan ser su banco y, después, se consigue duplicar la tarjeta SIM del móvil del estafado. Un proceso complejo que realizan bandas con diversos tipos de especialistas. Hay tecnología por medio, pero el asunto termina siempre en retirar efectivo de un cajero o comprando objetos que luego puedan revender a cambio de billetes, que son lo único que buscan. No habría estafas con nuevas tecnologías si no existiese el papel moneda. Las criptomonedas no son útiles, aunque es difícil se pueden trazar.  

Para contrastar con datos lo que subyace a estas noticias, recurrimos a las estadísticas del BCE. En el 2020 el volumen de billetes de euros emitidos ha aumentado un 11% y en el 2021 lleva un crecimiento del 8%, muy concentrado en las denominaciones más altas, las que nadie usa. Mientras tanto, las personas normales dejan de emplear efectivo; los datos de retiradas de dinero en bancos y cajeros (-31,25 % en 2020) se han desplomado desde la llegada de la pandemia, acelerando una tendencia previa.

Aunque se escondan detrás de grandes presentaciones y una renovada estética para su papel moneda, no pueden ocultar que el negocio de emisión de la entidad que preside la Sra. Lagarde es, con el de la Reserva Federal de los EEUU, el que más basura social produce en el mundo. Deberíamos preocuparnos por la ética de estos organismos. El enlace que figura a continuación permite leer una tribuna que me publica hoy 5 Días, profundiza sobre el tema de esta entrada.

https://cincodias.elpais.com/cincodias/2021/12/08/opinion/1638956915_787833.html?id_externo_promo=enviar_email

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Sobre ello conversaremos durante las próximas presentaciones del libro cuya portada reproduzco al final. El día 13 a las 19,30 en la librería Marcial Pons (Plaza del Conde del valle de Suchil, 8) de Madrid estaré acompañado de José Manuel Otero Lastres. El 14 será en la FNAC de la Illa de Diagonal de Barcelona a las 19,00, con la presencia de Andreu Mas-Colell. La tercera, en Coruña el día 16, me acompañará Anxo Calvo Silvosa a las 19,30 en el salón de actos de la ONCE en el Cantón Grande. 

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1 comentario

  1. «La planificada eliminación del efectivo, como la que ya está realizando Dinamarca, es el verdadero debate que la sociedad europea debe abrir con su banco central».
    Así termina la tribuna que publica «5 Días» a la que haces referencia. Es, en mi opinión, una buena conclusión, aunque algunos de los razonables argumentos en los que se apoya rocen la hipérbole y se deba enfatizar lo relativo a la inexcusable necesidad de una pormenorizada planificación.

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