Las vacunas de Galicia llegan a Oporto

Las 18.000 dosis de la vacuna de Pfizer contra el covid 19 destinadas a Galicia han llegado al aeropuerto de Oporto, las únicas para España que no aterrizaron en aeropuertos españoles. El Presidente de la Xunta se mostró sorprendido de ello, porque aquí tenemos tres aeropuertos. Creo que puedo ayudarle a comprender.

La separación del Norte de Portugal y de Galicia en dos Estados diferentes es un accidente histórico consolidado, pero sigue teniendo algo de artificial. Me he referido a ello varias veces, incluida la última entrada sobre el Alto Támega. El tráfico comercial y de personas entre las dos zonas es natural y se ve aumentado por esa potente “globalización local” que nos trajo la UE.

Las raíces que nos relacionan son profundas. El propio nombre de Portugal deriva de Porto Cale el antiguo Oporto. Esa es la historia oficial del país vecino, poco dada a pagar tributo a vinculaciones históricas con España. Lo de Cale vendría de un pueblo de origen centroeuropeo asentado en aquel lugar muchos siglos antes. La palabra está también en el posible origen del nombre de Galicia (Gallaecia). Realmente Portugal debe venir de Porto Gallaecia (en Lisboa no les gusta nada eso), el asentamiento más dinámico del reino que se fraccionó en el siglo XII por disputas familiares monárquicas, azuzadas por la diócesis de Braga, molesta por la creciente relevancia de Santiago y Toledo.

Galicia no tiene un aeropuerto con suficiente capacidad logística . En eso tiene mucho que ver la política de la Xunta al fomentar un aeropuerto central para pasajeros. Las dos principales áreas metropolitanas de Galicia ya cuentan con su propio aeropuerto y, como acabamos de comprobar, estamos muy próximos al de Oporto, que si sólo tuviera que competir con Santiago absorbería todo el tráfico del sur de Galicia al tener un hinterland mucho más poblado y contar con una importante red de conexiones internacionales y peninsulares. No hay ejemplos de aeropuertos regionales en el mundo, si obligan a desplazamientos de más de 30 km desde ciudades más grandes.  

A donde sí llegaron vacunas fue a Vitoria-Gasteiz, un aeropuerto para mercancías. De hecho, es utilizado para exportar mucha de la pesca que se desembarca en Galicia, la mayor potencia europea del sector, lo que le ayuda a tener las instalaciones para alimentos congelados que probablemente se requieren para los medicamentos recibidos. Habría que tomar nota del pragmatismo del Gobierno Vasco, cuando fracasó en su intento de aeropuerto único y reconvirtió Foronda a base logística. Lo de la vacuna es sólo una anécdota, que debería hacer reflexionar a nuestro sorprendido Presidente para copiar lo que se hace bien en otros lugares e invertir en un aeropuerto central de mercancías. Hace falta, Galicia es muy activa en comercio exterior en relación a su PIB.

No tengo mucha confianza. A los políticos españoles les parece vistoso invertir en tráfico de pasajeros. El gran ejemplo son los 60,000 millones de euros que llevamos gastados en el AVE para cruzar zonas poco pobladas, mientras las carreteras y las autovías siguen llenas de camiones con contenedores. En esto también nos dio un ejemplo de cordura Portugal, cuando decidió que el AVE a Madrid era un exceso. Apuesta por un tren rápido para su eje costero de ciudades, que conecte con el de Galicia y permita también el tráfico de mercancías. Para eso el ferrocarril es muy adecuado y el Gobierno Portugués se limita a aplicar los manuales, no a inventarse carísimos mundos paralelos como hacen nuestros políticos con excesiva frecuencia.