Este blog, como el libro que le sirve de base, nacieron en defensa de sistemas políticos basados en la libertad y la protección de los derechos humanos. El primer paso para lograrlo es mantener su superioridad moral, porque, cuando ésta se erosiona, las autocracias sentirán menos vergüenza al pisotear los derechos de los ciudadanos y las minorías.  La ética democrática exige actuar con justicia ante el abuso poder. Si no se hace, se refuerzan tendencias a la arbitrariedad que llevarán a nuevos excesos. Especialmente en el espacio militar y de seguridad, donde siempre se puede alegar que se defienden los intereses superiores de la patria.

En todas partes, los grandes hombres de la nación tienden a librarse de juicios públicos por sus actuaciones. En los países católicos, como he señalado en ocasiones anteriores, tenemos mayor tolerancia aún hacia los pecados de los superiores, a los que damos la absolución con demasiada facilidad, incluso sin que se confiesen, arrepientan y cumplan penitencia.

1. Pecado muy grave fue ayudar a crear y mantener un grupo terrorista (GAL) desde oscuros canales policiales. Cometieron 28 asesinatos en los tiempos en que ETA mataba y alguien pensaba que estaba legitimado para vengarse. Se ejecutaban personas, sin juicio previo, con la connivencia de estructuras de un Estado que había suprimido la pena de muerte. Felipe González era Presidente del Gobierno entonces.

Desde el punto de vista ético, los responsables del GAL están por debajo de ETA. Es obvio que a una organización terrorista no le preocupa la legalidad, lucha contra ella. No hay terrorismos buenos o malos, sólo terrorismos. El de Estado es el más peligroso porque nos contamina a todos.

2. La invasión de Irak en 2003 es otro caso de indecencia moral. La del Gobierno del Presidente José María Aznar, un personaje que aún anda dando lecciones de lo que debe hacer España, con la aquiescencia de medios importantes y de los dirigentes actuales del principal partido de la oposición. Al menos Felipe González lleva una vida más discreta.

Este no es un país belicista y la invasión de Irak tuvo un fuerte rechazo popular. Entramos en guerra de forma ilegal porque la ONU no la había autorizado. Y, para colmo, “la razón práctica” alegada era simplemente una mentira: no había armas de destrucción masiva. Murieron allí 11 soldados españoles, pero ayudamos a provocar olas de terrorismo que llegan hasta hoy. Alcanzaron Madrid, sólo un año después, con los atentados del 11 M: 193 muertos y 2.000 heridos. No es de extrañar que el Presidente tratara de convencernos de que habían sido cosa de ETA.

En los países sajones hubo investigaciones parlamentarias que arrojaron alguna luz nueva. La invasión de Irak no fue un intento de eliminar armas de destrucción masiva, ni una venganza por el atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York, como se pensaba. Sadam estaba condenado desde el 2000 por atreverse a denominar en euros el precio del petróleo iraquí, un inaceptable ataque a la superioridad del dólar y de los EEUU.

En resumen, nos metemos en una guerra ilegal que causa, directa o indirectamente, miles de muertes, entre ellas las de más de 200 españoles, la razón alegada era mentira y el colmo de la estupidez: ¡fuimos el único país del euro que participó en la invasión de Irak para defender al dólar contra el euro!

El sr. Aznar alegará que no sabía nada de todo esto y quizá tenga razón, le gustaba tanto oficiar de Gran Estadista que no debió preguntar mucho. Eso parece deducirse de la investigación del parlamento británico (informe Chilcot) que afirma que tanto Blair como Aznar eran conscientes de la falta de pruebas sobre las armas de destrucción masiva. También explica el cuidado con que se suprimió toda referencia al petróleo en la Declaración de las Azores para no levantar sospechas sobre razones menos confesables.

Según esa investigación, Aznar estaba tan deseoso de participar en la invasión que lo hubiera hecho aunque los británicos no hubieran entrado en ella. Es algo presumido, le gustaba ser recibido en el rancho de los Bush, salir en la foto de las Azores o casar a su hija en El Escorial. Al menos Blair ha pedido perdón a su pueblo por aquella insensatez.

……………………..

No puede haber varias varas de medir en una democracia. Si el parlamento no investiga a fondo estos dos asuntos, no podremos presumir de ética para, por ejemplo, tener encarcelados a políticos catalanes que no practicaron la violencia, aunque intentaran un referéndum ilegal. Además, enviaremos un mensaje de que todo vale para algunos, que animará a futuros dirigentes a tomar medidas parecidas.

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4 comentarios

  1. Como si no tuviesemos bastante con lo que en el presente nos agobia y amenaza nuestro porvenir, sobre lo cual o pasamos de puntillas cuando no parecemos ignorar, proponen unos e imponen otros un afan revisionista digno de mejor causa.
    No basta con desenterrar muertos, hay que investigar posibles responsabilidades punibles en compatriotas cuya pertenencia fue objeto, durante siglos, de orgullo e incluso de disputa o litigio: Los Reyes Catolicos, Colon, Hernán Cortes, Fray Junipero Serra… (cito solo de forma enunciativa), pero ya en ello, propongo un gran salto en la historia, porque si no sería em cuento de nunca acabar. Avancemos… ¿Que hay de Felipe González y de José María Aznar?. No voy a alargarme tirando del hilo, pero si invito a reflexionar sobre si no estaremos «mareando la perdiz», sobre si no sería más accesible, justo y práctico poner en decidida tela de juicio lo que realmente ahora acontece, afecta y afectará, que dejar su valoración y juicio para décadas o siglos venideros cuando una visión anacrónica y por ello parcial y sujeta a distintos condicionantes, no pueda llevar más que a una estéril melancolía.
    No se trata de perdonar (vaya manía con la absolución en los paises catolicos). Si de no olvidar que es hoy, precisamente en el siglo XXI, cuando estamos construyendo la historia de la que somos protagonistas. Es el momento de preservarla de censuras futuras. Luego, por grandes que sean los lamentos no nos devolveran la oportunidad que hoy tenemos de motivarlas.

    1. Es complicado construir una democracia ignorando crímenes de Estado, porque defendemos que la justicia es igual para todos. Es lo que nos confiere autoridad moral sobe los autócratas. Están en la cárcel miles de personas que han causado males menores. Este blog y el libro que lo soporta están pensados para combatir los excesos de los poderosos, porque ponen en riesgo la libertad de todos. Pero no te preocupes, pronto se olvidará el asunto. Se encargan los partidos políticos de los que proceden los potenciales investigados, con la ayuda de Vox, por supuesto, al que probablemente ese tipo de actuaciones le parezcan normales.

      1. Obviamente, cualquier crimen es repudiable. Los de Estado, donde los hubiera, y los personales. En algunos casos es difícil deslindar unos de los otros pues el Estado no deja de ser un ente abstracto que precisa de las personas para llevar a cabo los hechos más grandiosos y los más deleznables.
        No dejan de preocuparme, pese a que se me invite a ello, las tendencias revisionistas que, más que atraer la atención crítica sobre temas pasados (solo algunos) ya vistos y revistos, pudiera parecer que lo que efectivamente pretenden es distraer la atención para hacer olvidar, dislate tras dislate, los que actualmente tenemos “sobre la mesa” dentro y fuera de nuestras fronteras.
        Lo que si no se puede construir es sobre un continúo cuestionamiento del pasado, que pocas veces propone poner en valor lo positivo, que lo hay y mucho, y casi siempre busca los puntos más obscuros (si no constan se suponen) del pasado relativamente reciente y/o del remoto.
        Puede “sonar” bien a determinados oídos, frecuentemente bien dispuestos por distintas razones, pero es escasamente razonable y nada práctico. En nombre de la libertad, y la buena intención no se discute, no siempre se acierta con las propuestas.

        1. La razón práctica se usa demasiado para no importunar a los poderosos. Así se vienen librando del principio de que la justicia es igual para todos. Mi blog defiende la democracia y ese es un elemento insoslayable para evitar que se desprestigie y entremos en el todo vale. Asunto, por cierto, muy actual.

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