Se nota mucha actividad en los equipos jurídicos y de relaciones públicas de la Casa Real para tratar de aplacar el impacto sobre el pueblo español de noticias relativas a ingresos irregulares de Juan Carlos Primero.

Hoy nos desayunamos con la de que sus abogados han presentado una declaración ante la Agencia Tributaria para regularizar su situación fiscal. Pero no esperen de esta primera medida la devolución de grandes cantidades. Parece más bien que el objetivo es evitar imputaciones por un tema muy concreto: el pago de gastos personales, realizados con tarjetas, que operaban contra cuentas de sociedades del hombre de negocios mejicano Allen Salguines-Krause. Se trataría de una medida para evitar la presencia de miembros de la familia real, no sólo Juan Carlos tuvo acceso a esta práctica, en la investigación que la Fiscalía del Supremo ya ha iniciado sobre los negocios de dicho empresario.

Aun así, que el Jefe de Estado que firmó la Constitución, que hoy conmemoramos, realice una regularización fiscal es una noticia importante por lo que tiene de reconocimiento de haber actuado ilegalmente. Una confesión parcial que se añade a su salida de España. Vamos a ver cómo suavizan otras informaciones relativas al dinero acumulado en el extranjero, producto al parecer de regalos, y conducido a fundaciones a través de cuentas a su nombre o de testaferros. Vendría bien una regularización más amplia en momentos en que los españoles atravesamos graves dificultades económicas y cuando todos, empezando por los de arriba, deberían tener un comportamiento ejemplar en el pago de cargas tributarias.

Los que estarán echando humo, dándole vueltas a la cabeza, son los responsables del departamento de relaciones públicas de la monarquía, bien conectado con los medios de comunicación más importantes. No me extraña, porque tendrán sus “estudios de mercado” y habrán detectado algo muy peligroso a medio y largo plazo para la institución: la monarquía ha perdido su neutralidad, ya no es un patrimonio común. Según las estadísticas que conozco, la adscripción a su causa está muy ligada al peso de dos vectores: cuanto más a la derecha en intención de voto y más edad del preguntado, más posibilidad de que se declare monárquico. Aunque de menor capacidad predictiva, existe también un cierto peso de variables geográficas: menor latitud norte y distancia al centro, mayor fidelidad a la institución hereditaria. Me gustaría saber si emplean modelos probabilísticos para predecir resultados de las medidas que afectan a la imagen del Rey. Yo lo haría, Amazon también. 

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