El de Air Europa es un caso que me interesa, la última referencia en el blog fue el pasado 29 de diciembre, como muestra de las maniobras de poder geográfico en las que el centro pesa mucho. El Estado ha concedido créditos 615 millones de euros en la compañía de la familia Hidalgo mediante avales de ICO y, la parte más importante, un crédito del fondo de empresas estratégicas de la SEPI. Como la empresa se valora en 500 millones, el Estado podría hacerse con ella si, como parece probable, no puede hacer frente a las deudas.

El sector de líneas aéreas está en reconversión, oprimido por tendencias que modifican su marco de competencia y se han acelerado a consecuencia de las dos crisis que estamos viviendo. Primero, el cambio de hábitos de viaje de las empresas, sus principales clientes, por las reuniones virtuales que permiten las nuevas tecnologías y popularizaron los confinamientos para combatir el covid 19. La situación se ha vuelto dramática con la subida del coste del petróleo a consecuencia de la guerra de Ucrania, que adelanta la visibilidad de otra corriente profunda: el progresivo encarecimiento de las energías fósiles.  

Air Europa está muy afectada por la situación, acaba de acordar un ERTE de 4000 empleados y sólo opera con el 50% de su flota. No tiene futuro como empresa independiente, ni la importancia de Air France o Alitalia que han tenido que ser apoyadas por sus Estados. Por otro lado, es necesario forzar una reducción de capacidad del sector para adaptarse a los nuevos tiempos, lo que convierte a Air Europa en candidata a ser intervenida, reducida, saneada y vendida al mejor postor, que puede ser la matriz de Iberia, IAG, que también es acreedora suya por 100 millones, pagables en acciones, y está interesada pero dubitativa.

Las alternativas en juego provocan nervios en Madrid, preocupada por lo que la actuación pueda suponer para el empleo y, sobre todo, la competitividad de su aeropuerto, al que quiere convertir en un hub internacional más potente. Una misión difícil a la que se han dedicado demasiadas inversiones públicas.

Barajas no es tan importante. No debe entrar más dinero de nuestros impuestos para mantener una compañía, que no se puede considerar estratégica en un sector en caída y necesitado de reducir capacidad, y favorecer intereses de la familia propietaria, que también se ha beneficiado de un préstamo (320 millones) del fondo de la SEPI para fusionar su agencia de viajes, Globalia, con la de Barceló, bajo una nueva marca, Avoris.

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2 comentarios

  1. Si, si. Hay que prestar atención a este asunto por las razones que se citan, entre otras, pero como con la concatenación de temas al menos sorprendentes, cada uno parece relegar al olvido a los anteriores, yo aprovecho para recordar el, proporcionalmente no menos llamativo rescate de la aerolinea venezolana
    Plus Ultra. Nada menos que 53 millones de euros, cuyo fundamento es tan oscuro como «volatil» e incierta su recuperación.
    ¿Alguien ha dado explicaciones mínimamente convincentes al respecto?.

    1. Lo de Plus Ultra ya lo critiqué cuando se produjo. Fue injustificable, me interesa más Air Europa porque ya lleva absorbido mucho más recursos y representa un ejemplo de lucha por defender intereses locales, poco justificados.

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